viernes, 4 de abril de 2014

LA CAMISA A LA MEDIDA

Si la importancia de contar con un amplio y variado armario de zapatos y con al menos cinco trajes con los que poderlos combinar, esta vez queremos hablar de la tercera pieza fundamental que determinará nuestro conjunto final, esto es, la camisa.



Un buen armario de camisas nos permitirá mezclar trajes, zapatos y corbatas consiguiendo de esta forma que contando con un mismo número de prendas en él, nuestro conjunto parezca diferente según las diferentes elecciones por las que optemos.


La situación laboral actual obliga a muchos caballeros a pasar un gran número de horas en su puesto de trabajo y aunque la vestimenta de la chaqueta es aconsejable en todo momento, hay que comprender que en ciertas oficinas y desempeños esto se hace francamente incomodo. Es por ello por lo que la camisa será la prenda más expuesta a la vista de todos los que nos rodean.
Si bien es cierto que hoy en día existe una enorme variedad de diseños y la calidad de las camisas RTW ha aumentado, sobre todo en algunas casas del Reino Unido, la hechura sigue estando reservada en exclusiva a las camisas bespoke.
Como hemos establecido en varias ocasiones, todo caballero tiene una fisonomía diferente. Si analizamos la complexión de diferentes señores reconoceremos que cada uno ellos tiene unas particularidades. Así encontraremos caballeros de hombros fuertes, otros con pecho ancho, algunos con barriga pronunciada etc. Todas estas diferencias hacen imposible que una talla M pueda tener la hechura adecuada para un espectro tan amplio de clientes. Es más, incluso una camisa 15-38 que se adecue al ancho del cuello y a la complexión del torso podrá sentar bien pero nunca perfecta a su portador. Esto es debido sencillamente al hecho de que el tallaje de las camisas RTW persigue adecuarse a las medidas estándar de un amplio abanico de señores quienes aún contando con medidas parecidas no tienen la misma complexión.

Siempre he mantenido que la característica fundamental que debemos buscar a la hora de adquirir una nueva prenda es la hechura y en segundo lugar su calidad. Nunca debemos comprar una prenda por la marca que ésta lleve asociada. Hoy en día ya nadie nos puede garantizar que detrás de una marca conocida encontremos una calidad acorde con la popularidad de ésta.
La correcta hechura de nuestra camisa puede disimular desde una nuez abultada o un cuello con exceso de papada hasta por ejemplo un hombro caído. Y esto como parece lógico solo se puede conseguir con una camisa bespoke.

Si a la hechura añadimos la posibilidad de escoger entre una extensa gama de diseños y una amplia variedad de telas así como la personalización de nuestros cuellos, puños, botones etc podremos entender por qué en países como el Reino Unido y Estados Unidos existe una auténtica pasión por la camisería a medida.
En el anterior artículo que sobre la camisa escribimos en el mes de Junio adelantamos cómo debería ser el fitting de éstas teniendo en cuenta las diferentes complexiones existentes entre los caballeros. Igualmente establecimos cuales eran las notas principales que deberían diferenciar una buena camisa bespoke de una camisa RTW y cuales eran los resultados que debíamos perseguir.

Este mes, como complemento de aquel primer artículo, describiremos el proceso de confección de una camisa; o dicho de otra forma, todas las etapas existentes desde que el cliente entra en la tienda hasta que finalmente la abandona con su camisa lista para ser vestida.

Para narrar todo este fascinante proceso nos pusimos en contacto con la centenaria camisería Burgos de Madrid para que fueran ellos quienes nos guiaran a través de él y nos explicaran en detalle cada una de las fases de confección de una auténtica camisabespoke
La camisería Burgos se fundó en 1912 por Julián Burgos, de ahí que todavía conserve el nombre, y tan solo unos años después fue adquirida por la familia Olave. Hoy, ya en la tercera generación y a punto de celebrar su primer centenario, sigue siendo una referencia indiscutible cuando de camisas a medida se habla en España.

Situada en la histórica Calle de Cedaceros siempre ha contado entre su clientela con lo más granado de la sociedad española e internacional. Desde Cary Grant, Charles Grayson, Orson Welles, hasta personajes más actuales como D. Jaime de Marichalar han escogido durante muchos años a los camiseros de Burgos para la confección de sus camisas.
Desde el comienzo de su andadura, la confección artesanal de sus camisas y su reputación internacional les obligó abrir tienda en París para poder atender a sus clientes internacionales. Hoy en día su reconocimiento internacional les exige desplazarse a México dos veces al año para atender a su amplia clientela latinoamericana. Para los clientes más ocupados cuentan con un servicio a domicilio de elección de telas y toma de medidas.

Igualmente, han completado su oferta de camisas a medida con otras prendas tan especiales como los batines o los sombreros ingleses Lock. Si el cliente así lo desea le coserán, también a medida, boxers y pijamas usando las mismas telas y el mismo procedimiento que el utilizado con las camisas a medida.
La realización de este artículo se debe en gran parte a Dña. Carmen Olave, quien tras contarle nuestro proyecto se puso a nuestra disposición para ayudarnos en todo lo que estuviera en su mano. Dña. Carmen sabedora del peso de la tradición ha tomado las riendas de la casa desde Enero con el firme propósito de que esta tercera generación que ella representa consiga mantener los estándares más altos para que una cuarta generación pueda heredar un negocio tan difícil pero apasionante en plenitud de facultades y seguir siendo por muchos más años una camisería de referencia en España.

Dña. Carmen Álvarez Olave, tercera generación de una larga saga de camiseros
Como hemos adelantado, este artículo se concibió con el objetivo de narrar la totalidad del proceso de confección artesanal de una camisa a medida atendiendo a los cánones más tradicionales y exigentes. Para ello la camisería Burgos tuvo la deferencia de cerrar sus puertas por unas horas para que viéramos desde primera línea cómo se desarrollaba tal proceso.

Durante varias horas tuvimos la oportunidad de charlar con los maestros cortadores, D. Ángel, D. Francisco y D. Jose, que sumando cien años en la casa han hecho del corte y cosido su oficio y son los responsables finales en gran parte de la calidad de las camisas que salen por la puerta de Burgos. Y decimos solo en gran parte porque además de estos artesanos hay que añadir a D. Gerardo y D. Pedro quienes con una experiencia en la casa de 20 años atienden y aconsejan a sus exclusivos clientes sobre la amplia gama de tejidos y complementos que podemos encontrar en la camisería.
No nos extraña que lo primero que nos comentan estos maestros camiseros sea que hoy en día tampoco quedan ya verdaderos profesionales a los que acudir cuando de mandarnos a hacer una camisa a medida se trata.

Igualmente, se lamentan del poco conocimiento del español medio sobre camisería lo cual ha permitido que exista un gran intrusismo profesional por parte de las mal entendidas camiserías artesanas donde el cliente se limita a escoger un anagrama, un cuello y unos puños.

Tampoco desde esta camisería se comparte el interés creciente de ciertas sastrerías de ofrecer también servicios de camisería a medida. Son ellos mismos los primeros en reconocer que nunca podrían ofrecer trabajos de sastrería por no tener ni los conocimientos suficientes ni la experiencia necesaria. Sin embargo hoy hay muchos sastres que conjuntamente con su oferta de sastrería ofrecen también camisería a medida. Como ellos mismos nos explican un sastre puede coser maravillosos trajes pero nunca excelentes camisas. Son, en palabras suyas, sencillamente profesiones diferentes.
También nos quieren prevenir de aquellas tiendas-camiserías, algunas de ellas conocidas por todos nosotros, que aún realizando un trabajo más que aceptable se limitan solo a la toma de medidas y a la elección de la tela externalizando todo el proceso de confección de la camisa. Incluso nos advierten de que en ciertas camiserías inglesas de gran prestigio éstas se limitan asimismo a la toma de medidas al cliente y el resto del trabajo se lleva a cabo en algún país asiático. Esto es debido sencillamente a que semejante cantidad de pedidos no se puede realizar con mano experimentada nacional al no ser viable económicamente. Esto que parece un secreto a voces parecen olvidarlos muchos clientes extranjeros quienes por llevar la etiqueta de Jermyn Street en su camisa están dispuestos a hacer oídos sordos a esta realidad.

En definitiva, según su buen entender, deberíamos desconfiar de aquellas camiserías donde el camisero que nos toma las medidas no participa del resto del proceso y el único contacto que vuelve a tener con nuestra camisa es cuando llega a la tienda lista para ser envuelta y entregada al cliente.
Algo de lo que puedo dar fe es que en Burgos la gran mayoría del trabajo de la camisa se realiza en el taller que hay en el sótano de la tienda. Solamente el cosido de las diferentes partes de la camisa se deja en mano de las costureras lo que nos permite afirmar que la confección de la camisa es totalmente artesanal y en este aspecto no tiene nada que envidiar a la mejor sastrería inglesa.

Fue particularmente interesante el intercambio de ideas sobre cómo el marketing de ciertas casas ha conseguido captar un número muy importante de clientes ofreciendo camisas donde solo un logo o una marca justifica el alto precio que se paga por ellas. Como ellos nos apuntaron desde el primer momento que empezamos la conversación, nunca una camisa de fabricación convencional puede compararse con una cosida artesanalmente para un cliente en concreto teniendo solo en cuenta la fisionomía de éste y donde solo la mano humana es la responsable del resultado final. Es por ello que, como pasa con la sastrería, el mayor porcentaje del costo de la camisa viene directamente de la mano de obra empleada en ella.
Como ya hemos adelantado en alguna ocasión, si bien el caballero español cada vez está más al día de las nuevas tendencias y de las principales marcas tiene un gran desconocimiento a la hora de diferenciar lo bueno de lo extraordinario. Desgraciadamente a la hora de escoger una camisa no muchos caballeros españoles se paran a observar si por ejemplo los ojales de la camisa están cosidos a mano o sencillamente han sido cosidos todos del tirón por una máquina industrial.
Nunca ni la mejor camisa RTW por reputado que sea su logo podrá ofrecernos la hechura de una camisa bespoke; básicamente porque en la camisa a medida se ha utilizado un patrón personalizado mientras en la de confección se ha usado uno que responde a unas medidas estándar.

Después de la hechura el otro argumento que utilizaremos para defender la conveniencia de vestir camisas a medida es que en éstas se puede escoger entre multitud de tejidos de diferente composición y de mejor calidad a las que normalmente encontraremos en las camisas RTW. Esta calidad de los tejidos proporcionará una mayor duración a las características y colores de nuestra camisa; lo que permitirá finalmente que pasados muchos años con solo el cambio del cuello, o en su caso de los puños, la camisa pueda volver a lucir como el primer día.
Es curioso observar como en cuestión de camisas el caballero inglés y americano está mucho menos influenciado por las marcas y es mucho más exigente en cuanto a la elección de los tejidos y los patterns que por ejemplo el caballero español y el italiano. De hecho, nos comenta Dña. Carmen, que los pedidos más exigentes normalmente le vienen de clientes norteamericanos quienes saben perfectamente el tipo de tela que quieren y las características que en ésta buscan. Muchos de estos clientes cuentan con su patrón desde hace muchos años, por lo que desde Burgos les localizan exactamente las telas que les puedan interesar y sin costo alguno les envían ejemplos de las mismas para que seleccionen aquellas que más les gustan. Por ejemplo, tienen varios clientes americanos que sienten predilección por las camisas tipo Tattersall y a éstos todos los años les envían puntualmente a sus casas las nuevas propuestas.

Después de esta pequeña introducción a la casa y de conocer las múltiples ventajas de la camisa a medida frente a la RTW estamos ya en disposición de escoger la tela con la que se coserá la camisa sobre la que versará el resto del artículo.
Extendidos los muestrarios sobre la mesa, Dña. Carmen nos explica los diferentes tipos de telas que podemos escoger atendiendo a su composición y procedencia. Encontramos desde tejidos nacionales hasta suizos, italianos etc. Sólo de algodón podemos observar hasta cinco muestrarios.
Finalmente y después de estudiar con detenimiento varios tejidos tanto Dña. Carmen como D. Gerardo, nos aconsejan decantarnos por una tela 100% algodón, suizo, concretamente de la casa Alumo, 160 a dos cabos y de trenzado popelín.
A la hora de hablar de las características de una tela hay una serie de conceptos que debemos tener claros para poder escoger tanto una determinada calidad como unas características acordes a nuestros gustos. Los conceptos de los que hablamos son la composición, el hilo y el trenzado.

Sin querer extendernos en este punto apuntaremos respecto a la composición que debemos buscar siempre materiales naturales como el algodón, la lana, el lino o la seda. Independientemente de la composición que escojamos debemos huir a toda costa de las mezclas donde el poliéster esté presente ya que la calidad de la camisa se verá perjudicada. No obstante, si lo que buscamos es únicamente que nuestra camisa se planche fácilmente esta mezcla puede ser una opción a considerar.

La composición que encontraremos con más frecuencia será el algodón. Dentro del algodón existen diferentes calidades dependiendo de la longitud de la hebra. Cuanto más larga sea la hebra mejor. En las hebras de 1.5 a 2.25 empieza la calidad alta. También podemos encontrar unos algodones más suaves que otros y algunos pueden caracterizarse por su gran resistencia. La máxima calidad sigue siendo propiedad del algodón peruano, del egipcio y del archiconocido Sea Island.
El hilo igualmente es de gran importancia ya que será la unión de muchos de éstos los que darán lugar a la tela. El hilo puede estar formado por uno o por dos cabos. El hilo de calidad siempre será a dos cabos, esto es, dos hilos entrelazados y enrollados entre sí que aportarán mayor longevidad a nuestra camisa.

Hay otro término con el que seguramente nos encontremos cuando busquemos un tejido de gran calidad: 2x2. Una buena tela además de ser a dos cabos debe contar con hilos verticales (urdimbre) y con hilos horizontales (trama). A esto es lo que se denomina 2x2.

Para terminar con las características del hilo debemos hablar del grosor del mismo o, lo que es lo mismo, del título. Cuánto más delgado sea el hilo mejor resultado dará y suele ser más agradecida al tacto ya que exige poner más hilos por centímetro cuadrado para que no se trasparente la camisa. Una camisa normal suele tener un título de unos 50´s a un cabo; una buena unos 80´s a dos cabos; y sólo las mejores tienen por encima de 100´s…. y siempre a dos cabos.
La última característica que debemos tener en cuenta a la hora de escoger la tela es el trenzado del hilo. Según sea el trenzado obtendremos una textura u otra. Así encontramos el trenzados popelín, el Oxford, el piqué, la viyela, el voile, el fil a fil, el twill, la franela, la pana etc.

Como hemos adelantado, la camisa que hemos escogido es de trenzado popelín. El trenzado popelín se caracteriza por estar formado por el doble de hilos verticales que horizontales.

A título informativo comentar de forma sucinta que el trenzado Oxford es un trenzado cuadrado con igual número de hilos verticales que horizontales. Este trenzado es típico en la alta camisería de sport. Para verano, sin embargo, debemos buscar trenzados como el voile que se caracteriza por lo fino del hilo empleado. Otro trenzado muy común es el piqué cuyo trenzado da lugar a un tejido con forma de espiga. Las mal llamadas camisas de lino no son otra cosa que la unión de hilos de diferentes grosores, de ahí que su nombre debiese ser camisas de hilo y no de lino, y su confección es la más sencilla. Para las pieles más sensibles el trenzado que mejor evita cualquier tipo de picores es la viyela.
Una vez escogida la tela con la que se coserá nuestra camisa pasamos a la fase de toma de medidas.

Este es el punto clave de todo el proceso ya que cualquier error por pequeño que sea repercutirá en el resto de éste y esa hechura específica, que es la principal razón de acudir a los serviciosbespoke, se puede ver arruinada. En contra de lo que sucede con la sastrería a medida, en la camisería resulta muy difícil y a veces hasta contraproducente que una vez cosida la camisa se realicen modificaciones en el resultado.
En total D. Gerardo nos toma diez medidas: cuello, espalda, largo de brazos, estomago, distancia hombros, cadera, pecho, caída de hombro y largo de la camisa.

La última medida consiste en medir el ancho total que forma la muñeca con el reloj. Esto persigue el objetivo de que nuestro puño de la camisa cubra el reloj y de esta forma los puños puedan sobresalir de las mangas del traje ambos por igual.
Tenemos igualmente la opción de bordar nuestras iniciales en la camisa. Para ello podemos escoger desde escudos familiares o diferentes tipos de letras hasta la terminación de las mismas en forma sombreada. La elección del lugar donde bordarlas recae únicamente en el cliente. Nosotros hemos escogido que se borden 7cm por encima de la cadera en la parte izquierda de la camisa.
Como complemento a todas estas medidas tenemos la opción de contar con pinzas en la espalda para conseguir mejor amplitud de movimientos u optar por una terminación entallada que evita cualquier exceso de tejido en la parte posterior de la camisa y elude tener que ajustarnos la camisa constantemente como ocurre con la mayoría de las camisas RTW.

Una vez anotadas las medidas es el momento de elegir tanto el cuello como los puños de nuestra camisa

Al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las camiserías tanto nacionales como internacionales, aquí a los cuellos les dan nombre personajes relevantes nacionales; así encontramos el cuello tipo D, en honor a por Don Pedro Domecq, el MV, por el Marqués de Villaverde etc.
Independientemente de la múltiple variedad de cuellos prefabricados que podemos encontrar, lo verdaderamente interesante es la posibilidad de personalizar totalmente esta parte tan importante de nuestra camisa. Así pues, podemos seleccionar desde el grado de apertura de los picos, la longitud de los mismos, forma más redondeada o más en línea recta, el número de centímetros que queremos que tenga en la parte trasera de la misma etc. Es posible escoger una entretela o en su defecto optar por un cuello termofijado (opción nuevamente recomendable si no somos ningún filigranas con la plancha)

Como ya adelantamos en el anterior capítulo, la elección del cuello se debe realizar teniendo en cuenta dos puntos fundamentales: el primero y que ya fue desarrollado extensamente en aquel artículo sobre la camisa es la figura que forma el conjunto de nuestro rostro y cuello. Jugando con la elección del cuello podemos conseguir aparentar tener una cabeza más delgada, más ancha, más larga o más corta según sea el objetivo perseguido.
Y la segunda es el traje que vayamos a vestir con esa camisa. Seguramente todos nos hayamos fijado como caballeros que aparentemente visten correctamente olvidan que las solapas de sus chaquetas deberían cubrir ligeramente la parte exterior de los picos del cuello. Debemos conseguir que nuestros cuellos no terminen expuestos en su totalidad y su borde exterior sea cubierto ligeramente por las solapas de la chaqueta.

Si no sabemos que tipo de cuello es el que mejor se adapta a nuestra complexión lo mejor es dejarse aconsejar por D. Gerardo quien seguro buscará la mejor opción para cada uno de nosotros. Si es importante sin embargo tener en cuenta que el cuello que escojamos puede ser perfecto para ser vestido con un traje mientras que con otro traje de nuestro armario la vestimenta de esa misma camisa puede ser desaconsejable. Es por ello por lo que es importante vestir la chaqueta que usaremos con esa camisa el día de la prueba. Si nuestros trajes han sido cortados siguiendo el mismo patrón no tendremos que preocuparnos por esto y todas nuestras camisas podrán ser vestidas con cualquiera de ellos.
La elección de los puños, por el contrario, atiende normalmente a gustos personales y no hay tantas cosas que tener en cuenta como cuando de la selección de nuestro cuello se trataba.
Otra ventaja de acudir a la camisería a medida es que aparte de poder escoger entre puños tipo cocktail cuff, barrel cuff, French cuff, link cuff etc también podemos optar entre un amplio abanico de personalizaciones; por ejemplo podemos decantarnos por una terminación del puño en punta o matada, determinar el número de botones que queremos que tenga, el grosor, la longitud etc.

La personalización tanto del cuello como de los puños puede ser una nota de identidad de nuestra vestimenta que nos acompañe para el resto de nuestra vida. Son muchos los personajes que han pasado a la historia de la moda masculina clásica por un detalle de su vestimenta; y esto solamente se consigue con la personalización y la perseverancia en su uso.

Una vez que tengamos claro cuál es ese puño que más nos gusta y ese cuello que mejor se adapta a nuestra complexión ya no tendremos que preocuparnos en nuestras siguientes visitas de volverlo a diseñar ya que se creará un patrón en cartón para ambos y será guardado en el taller hasta nuestra siguiente visita.
Uno de los detalles que echamos en falta es la posibilidad de escoger entre diferentes tipos de ballenas para nuestra camisa. Suele ser frecuente el poder contar con ballenas tipo mother of pearl, de metal o incluso de algún material natural tipo asta de toro. Aquí solamente se ofrecen ballenas de plástico con el nombre de la casa grabado. Esto nos lo justificaron en base a que la enorme variedad de tipos de cuellos que sus clientes mandan confeccionar hace de todo punto imposible contar con ballenas estándar en diferentes materiales. Es por ello por lo que prefieren utilizar ballenas de plástico que luego pueden ser cortadas y adaptadas a todo tipo de cuellos.

Concluido tanto el proceso de toma de medidas como la elección del cuello y puños el taller se pone en marcha para que en un plazo aproximado de quince a veinte días podamos empezar a disfrutar de nuestra camisa. Para ello el primer paso es confeccionar el patrón de todas las partes de nuestra camisa.
Algo de lo que puedo dar fe es que cada cliente cuenta con un patrón; independientemente de que éste haya encargado una o varias camisas. Cada cliente un patrón. Esto que parece algo más que lógico no está tan extendido, y no solo en España, como a muchos nos gustaría.
Ante la amplia oferta de camisería a medida con la que hoy nos encontramos deberíamos solo confiar en aquellas que efectivamente nos realicen un patrón. Quizás nos llevaríamos muchas sorpresas si preguntamos sobre la posibilidad de ver nuestro patrón en reputadas tiendas de moda masculina que ofrecen servicios de camisería a medida. Si no hay patrón no se puede hablar de camisería a medida; o al menos sobre lo que nosotros entendemos como camisería a medida. Las camiserías de prestigio guardarán los diferentes patrones del cliente en un sobre-envoltorio en el que se escribe el nombre del cliente y normalmente en cajas de cartón los cuellos y los puños de los clientes ordenadas alfabéticamente.
Así pues cada uno de nosotros debería contar con un patrón para la espalda, otro para la parte frontal, otro para las mangas, otro para el canesú, otro para el cuello y otro para los puños. Una vez realizados los patrones en papel y en cartón para el cuello y los puños éstos se pasarán a la tela para su posterior cortado.
Como ya hemos adelantado, si la toma de medidas no ha sido exacta los pequeños desajustes se arrastraran durante todo el proceso dando lugar a un patrón inexacto y finalmente a una camisa no perfecta.
D. Gerardo fue esta vez el responsable de la toma de las medidas
Las piezas son cortadas por uno de los maestros cortadores y posteriormente serán unidas por las costureras quienes serán las responsables igualmente del cosido a mano de los ojales y los botones mother of pearl. También serán ellas quien sólo a mano casarán los dibujos que unen el hombro y las mangas y que es una prueba inequívoca de encontrarnos ante una camisa de calidad. Esta labor será supervisada por los maestros cortadores que indicarán a las costureras lo que tienen que hacer en cada camisa y revisarán su trabajo para asegurar que se ha realizado correctamente. Otra de las funciones que tienen asignada es el correcto cosido de los diferentes pliegues que unen la manga al puño así como del cuello y el canesú.

Una vez terminada nuestra camisa un total de siete personas habrán trabajado en ella: el camisero que nos toma las medidas, un cortador, tres costureras (una encargada de coser los cuellos y los puños, otra que prepara la totalidad de la camisa y una rematadora que unirá las mangas), otra persona encargada de lavar la camisa ya terminada y una planchadora que es la responsable de esa parte que parece tan fácil pero que con el uso de una máquina industrial se podría arruinar todo el trabajo. Como curiosidad añadir que en esta camisería pueden presumir de tener una plancha que se usa exclusivamente para almidonar la pechera de las camisas de frac. Sus planchadoras han tenido que explicar la manera adecuada de planchar estas camisas al exclusivo servicio de muchos de sus clientes.

Una opción muy interesante que se nos ofrece desde la camisería Burgos es que si transcurrido el tiempo nuestra camisa sufriera cierto desgaste en el cuello o los puños, contamos con la posibilidad de mandarla a que se le cambien ambos. Con esta sustitución nuestra camisa podrá volver a lucir como el primer día. Es por ello por lo que cuando se nos entregue nuestra camisa observaremos que en la parte interior tiene cosida un número. Este número les sirve a sus profesionales para localizar nuestra ficha y encontrar la referencia exacta de la tela utilizada. Es curioso observar como se conservan todas las fichas desde que entró por su puerta el primer cliente.
Y finalmente el momento tan esperado; la prueba de la camisa. Esta prueba cobra especial interés en Burgos ya que no consiste sencillamente en un mero proceso burocrático como en la mayoría de las camiserías de nuestro país. Durante dicha prueba, siguiendo la forma de trabajar de las exclusivas camiserías inglesas, D. Gerardo, o alguno de los maestros cortadores, repasarán el cuaderno donde se han tomado las medidas y preferencias del cliente y comprobarán que todo está correcto y conforme los deseos el cliente. De no ser así y como ocurrió en nuestro caso, repasan la camisa hasta que el resultado sea exactamente el que quiere el cliente y solo cuando la camisa cuente con el total beneplácito de los maestros cortadores se nos entregará. La camisa se servirá lista para ser vestida y protegida por un papel de seda
Para terminar queremos agradecer a Dña. Carmen Olave su inestimable ayuda por trasportarnos al maravilloso mundo de la camisería a medida y ofrecernos la oportunidad de mostrar a todos nuestros lectores en que consiste el proceso de confección de una camisa a medida. Igualmente le deseamos desde aquí que sean muchas más las generaciones de camiseros que continúen la saga empezada hace ya casi un siglo por su abuelo. Esto creemos que lo tienen garantizado si siguen trabajando artesanalmente como hasta ahora sin olvidan las novedades que a este legendario oficio están incorporando camiseros de Estados Unidos e Inglaterra.

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