lunes, 16 de abril de 2018

EL ESMOQUIN EN 10 FOTOS



Si bien en julio de 2008 escribimos un extenso artículo del esmoquin, hoy vamos a repasar de manera rápida y con diez fotos las 10 claves del mismo:

A pesar de ser una de las prendas más elegantes, muchos desconocen los secretos y alternativas que brinda este conjunto. Inicialmente creado para fiestas y momentos donde la mujer no estaba presente, hoy sigue presente y de plena actualización. Estudiemos todas las opciones que ofrece y hagamos que nuestro esmoquin se diferencie de los alquilados y de los muchos aburridos que veremos estas fiestas.

1. ¿Chaqueta cruzada o de hilera sencilla? En contra de lo que ocurre con el traje estándar, en el esmoquin la chaqueta de hilera sencilla se considera más formal. Esto es así porque debe acompañarse de una tercera pieza: un fajín o chaleco. Se puede vestir abierta o cerrada y llevará solo un botón que estará forrado con la misma seda y color que el de las solapas. Únicamente el color negro o el conocido como azul media noche deberían entrar dentro de nuestra elección. 
2. ¿Fajín o chaleco? En sus comienzos solo el chaleco era admitido y todavía hoy este se debería preferir por su seriedad. La entrada del fajín fue progresiva ganando protagonismo en las fiestas más informales y cuando bajo climas tropicales se vestía el esmoquin de chaqueta blanca. Era con esta cuando incluso en el fajín se introducía una nota de color. Solo se debería optar por aquellos chalecos de hilera sencilla, bajos de altura, siempre del mismo color que el resto del esmoquin y, a ser posible, con sus cantos rematados a seda y a mano.
3. ¿Solapas terminadas en punta o redondeadas? Hasta que el Duque de Windsor no puso las solapas redondeadas de moda todas terminaban en punta. El hecho de que su hermano mayor el frac las llevara siempre rematadas en punta condicionó al esmoquin. Hoy se alternan ambas terminaciones se trate de chaqueta cruzada o sencilla. No obstante, la informalidad de las chaquetas blancas agradecen las solapas menos serias redondeadas. En ambos casos las solapas estarán rematadas en seda. En lo que no caben opciones es en lo referente a las aberturas. Ni en la cruzada ni en la de hilera sencilla tienen lugar. Recordemos que las aberturas buscan principalmente ganar comodidad al sentarse y el esmoquin se creó para vestirse en fiestas donde la mayoría del tiempo se pasaba de pie.
4. ¿La corbata de lazo negra o de color? ¿De seda o lana? ¿Simétrica o anárquica? A pesar de las nuevas tendencias, la corbata de lazo no debería de ser de color diferente al negro. Si bien con algunos conjuntos la corbata de lazo podría ser de lana, con el esmoquin debe ser de seda y siempre mejor si nos la anudamos manualmente, algo que consigue que sus dos extremos no sean exactamente iguales. Su seda debería ser la misma que la de las solapas de la chaqueta. Siempre mejor si es de una sola pieza y a medida de nuestro cuello.
5. ¿Zapatos Oxford u opera pumps?. Ambas opciones son válidas aunque las opera pumps son más especiales. Asegurémonos de que su lazo esté confeccionado con la misma seda que la corbata de lazo y que la seda de las costuras laterales del pantalón. Las opera pumps de terciopelo son válidas aunque mejor vestirlas en ambientes relajados. De preferir el modelo Oxford el Balmoral quedará muy especial en su terminación charol y con los lazo de seda. El pantalón debería tocar el zapato siendo su boca algo ancha. 
6. ¿Cuello estándar o diplomático?. Sea solo por lo poco que se ve el cuello diplomático, este resulta mucho más personal. Intentemos que la corbata de lazo quede encuadrada entre los picos del cuello no sobresaliendo de ninguno de ellos. Recordemos que el delantero de la camisa del esmoquin es del tipo marcella o piqué y el puño doble resulta obligatorio.
7. ¿Botonadura joya o de madre perla?. Si podemos permitírnoslo no lo dudemos: hagámonos con una botonadura con alguna piedra preciosa de color. Solo aquí permite el esmoquin incorporar una nota de color. Las botonaduras de ónice son una opción mucho más asequible y de elegir el mismo material y color en pechera y gemelos el resultado puede ser muy elegante. 
8. ¿Calcetines de hilo o de seda?. Aunque los de hilo pueden sacarnos de un apuro, son los de seda los más acertados. Intentemos que sean 100% de seda sin mezcla. Obligatorio que lleguen hasta la rodilla, algo que evitará tener que colocárnoslos a lo largo de la velada. 
9. ¿Qué complementos son los más acertados?. Un pañuelo de bolsillo blanco, de lino o de seda, ribeteado a mano añade siempre un toque especial. La historia del esmoquin desaconseja llevar reloj. Pero si aún así necesitamos saber la hora siempre mejor escoger uno de pulsera que de muñeca. Los más clásicos seguro que agradecen en las noches más frías un sombrero Homburg, un largo abrigo Chesterfield cruzado, unos guantes de piel grises y una bufanda blanca. 
10. ¿ La chaqueta de fumar de terciopelo un buen sustituto?. Aún existiendo chaquetas de fumar de gran belleza, el conjunto resultante es más informal no siendo apropiado en celebraciones serias o protocolarias. No obstante, estas chaquetas abren un abanico de lo más interesante en la vestimenta más dandi. 
El esmoquin es una prenda que ni pasa de moda ni ha sufrido modificaciones importes. Por ello, no dudemos en acudir al sastre y darnos un capricho estas Navidades. Permanecerá mucho tiempo en nuestro armario y pronto se nos olvidará el precio pagado por él. 

Solo me queda felicitaros a todos las Navidades y esperando que hayáis tenido un gran 2017 desearos lo mejor para el 2018. Un abrazo muy cordial.

PD Quienes quieran profundizar más en esta prenda encontrarán en la columna de la derecha un video explicativo.
El Aristócrata

lunes, 2 de abril de 2018

A GUIDE TO WEARING STRIPES LIKE A SARTORIAL ROCKSTAR

The Low Down On Stripes


Stripes should be a staple of every guy’s wardrobe. But that’s not to say that you’ll get the same mileage out of them as your mates might. There’s two very simple things to keep in mind, which help you guide your choices on which style is right for you and your rig.
Vertical stripes are great for you shortarses out there. The unbroken lines can to add a few illusory notches on the tape measurer. It won’t change the fact that you’re not six three, but it’s something.
Horizontal stripes are a different story. These emphasise width – in other words they make you broader, or fatter, depending on your existing body dimensions. If you’ve got a couple of extra kegs you want to hide from the missus, think about vertical stripes over horizontal ones.
Next up, we look at a few different ways to wear stripes, touching on the range of dress-codes a guy can come up against during the week.

The Gordon Gekko


When most of us think of stripes, we think Wall Street power suiting. And with good reason: it’s a strong look that cultivates a lasting impression if you pull it off right. Despite the fact that no one really likes bankers or lawyers, we can’t fault the way that they dress and where they put stripes in the menswear market.
Power suiting generally calls for a combination of stripes, but keep them to different sizes in width, and complementary colourways. Do a trial run at home before committing to the triple threat ahead of a big meeting.
Start off with soft pin stripes, especially in a conservative office. If the old, fat blokes in corner offices wear chalk stripe, it probably means you can’t (yet). Regimental or club striped ties are a little stuffy. Look for striped ties that don’t resemble something from an old-fart British rowing club, and you’ll be set.

Stripes (For The Not So Bold)


While it’s good to break out the American Psycho look once every so often and ball out like you’re an 80’s stockbroker high on Reaganism and trickle-down economics, it’s a reality that not every office is receptive to power suiting. You might need to tone it down a little, so here’s how to tastefully incorporate stripes and channel your inner investment banker douche more discreetly.
The gold standard of pattern combinations in the workplace is as follows: One for understatement, two if you’re feeling a bit brave, three if you’re reckless and far too invested in whatever sprezzatura means.
Thicker stripes are harder to pair with other patterns. A bengal stripe shirt should go under a plain suit and accompany a plain tie; leave the windowpane checks and spotted ties at home.

Smart Casual


On the other end of the spectrum, a lot of guys navigate the eternally-undefined terrain of ‘smart casual’ with stripes. Stripes can work their way onto seersucker blazers, casual shirting, and semiformal trousers so you’re not confined to suits that only guys that live in New York are allowed to wear.
To keep it simple, you could wear a striped tee underneath a plain blazer, or mix it up and wear mismatched pinstripe trousers with a shirt and cardigan in winter. Here, stripes should add a small point of difference and not overwhelm your look with too much going on.
Mixing vertical and horizontal stripes has never looked good. Remember the golden rule of mismatching pattern sizes if you want to play that game.
If you wear a striped blazer, keep your tie and shirt fairly plain to let the jacket do its thing. Don’t overcrowd yourself with too many patterns.
Avoid unusual colours with stripes. Anything outside the conservative triumvirtate of white, grey, and blue kinda reminds us of vintage chocolate wrappers or prison outfits.

Poolside Casual


With their nautical connotations, it’s not a huge surprise that stripes factor into casualwear come summertime. Stripes remind us of the sun, the beach, and not giving too much of a f**k about anything. That said, there’s still a few basic rules to consider when you’re dressing up (or down) for your lazy afternoon on a deckchair.
Stripes give off nautical vibes, so try to avoid other nautical symbols like anchor prints if you want to be taken seriously at the resort karaoke bar.
You can have a party on one side of your outfit, not both. Don’t combine stripes with another pattern. When in doubt, wear lots of plain white and navy.