lunes, 3 de agosto de 2015

Viajar con Estilo

En un mundo globalizado como el que disfrutamos hoy, viajar forma parte de nuestras vidas. Ya sean trayectos dentro de la geografía nacional o fuera de ella, la necesidad de desplazarse para cumplir con compromisos profesionales o personales, se ha convertido en algo habitual. Desconocemos si cuando Mark Twain acuñó su magnífica frase “viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente” intuía ya la necesidad de contar también con una mente abierta para afrontar la a veces aterradora aventura de viajar en compañía. 

La búsqueda a toda costa de la comodidad ha traído consigo que al “vestirnos” no nos preocupemos ni del lugar al que nos dirigimos ni de con quién compartiremos tiempo y espacio. Viajar exige hoy de un gran valor que de no rozar lo temerario puede convertir una experiencia a priori maravillosa en un momento de lo más ingrato. De ahí que no debiera sorprendernos que el conjunto estrella en los medios de transporte públicos durante estas fechas sea el formado por bermudas, camiseta y chancletas de goma.
Quizás por ello intuyendo cómo vestiría el hombre del futuro, Mark Twain escribiera también su conocida frase "la ropa hace al hombre. La gente desnuda tiene poca o ninguna influencia en la sociedad”. Aunque la calle parezca no compartir nuestra opinión, hay otra forma de viajar que además de respetar a los que viajan a nuestro lado predispone alegremente el ánimo para disfrutar de las vacaciones incluso antes de salir de casa. 

Unos chinos de corte moderno y cercano al del vaquero es una opción muy interesante nos desplacemos en tren, coche o avión. Un mocasín de piel fina – sin calcetín en verano – además de ser un zapato cómodo para realizar el viaje es una opción muy elegante. Este modelo lo podremos vestir también en las mañanas más soleadas combinando con, por ejemplo, un pantalón de tejido gabardina. Una intemporal Teba o una moderna y desestructurada chaqueta safari nos acompañarán estilosamente durante el trayecto pudiéndonos echar también una mano con los fuertes aires acondicionados. Las camisas de manga larga de lino en verano o de algodón en invierno completarán muy acertadamente el look mas viajero.
Mención especial requieren las conocidas como blazers. Modelo viajero por excelencia cumple acertadamente con una doble finalidad, vestirnos correctamente durante el recorrido y permitirnos acudir a una reunión al mismo bajar del avión. Escójase sin entretelas y acompañando a una camisa blanca y a un informal pantalón caqui de corte militar – con bolsillos laterales – y además de practicidad aportará estilo y comodidad. En invierno elijámosla de cachemira con un pantalón de vestir gris no muy pesado y realizaremos el recorrido de manera correcta y listos para afrontar un largo día de compromisos.

Si hay algo que va unido al placer de viajar son las maletas. Estas pueden llegar a tener una alta carga emocional al habernos acompañado durante años por medio mundo y en las más diversas situaciones. Si bien las más tradicionales y ahora reinventadas maletas de aglomerado cubierto de piel rezuman historia y elegancia, terminan no resultando especialmente prácticas cuando hay que realizar varias paradas antes de llegar a destino.
Por su lado, un buen juego de maletas de piel –más elegantes sin un repetitivo monograma– para los viajes más largos o una bolsa de piel de mano para los desplazamientos de fin de semana mostrarán el verdadero gusto de su propietario. Las ligeras y resistentes maletas de aluminio sin poseer el encanto de ninguna de las anteriores, están pensadas para el viajero más actual siendo de todas ellas las más cómodas. Se prefieran unas u otras – dependerá mucho del tipo de viaje y destino – recordemos a la hora de embarcar que el escaso espacio disponible en cabina no solo espera la llegada de nuestras maletas sino también a las de quienes viajan a nuestro lado. 

El Aristócrata

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