domingo, 12 de octubre de 2014

LOS 5 TRAJES IMPRESCINDIBLES




Una de las ventajas que tenemos los hombres frente a las mujeres es que no necesitamos contar con un gran número de trajes para asegurarnos de no repetir conjunto. Nosotros tenemos la enorme suerte de aun vistiendo un mismo traje pero jugando correctamente con varias camisas, corbatas y complementos aparentar estrenar un nuevo conjunto cada día. Es por ello, por lo que de escoger acertadamente solo unos pocos trajes podremos disfrutar de un sinfín de posibilidades en nuestra vestimenta diaria.
Si tenemos en cuenta que construir un buen armario es una inversión que requiere de un tiempo considerable y que la adquisición de un traje supone un importante desembolso debemos estar seguros de no equivocarnos en su elección.



Si en los años 60 el conocido diplomático americano Tony Biddle fue nombrado, junto a otros iconos de la moda masculina como Fred Astaire, uno de los hombres más elegante de Estados Unidos con solo siete trajes en su haber, ¿acaso no podríamos nosotros vestir más que correctamente con solo seis? Y es que con solo seis trajes, eso sí bien escogidos, tendremos la seguridad de contar con un armario preparado para enfrentarse a todo tipo de situaciones.


1-2 Los imprescindibles: Un traje azul y uno gris; ambos oscuros y lisos.



Con estos dos trajes, y más teniendo en cuenta la seriedad de colores que hoy imperan en la calle, se puede acudir bien vestido prácticamente a cualquier sitio. No obstante, es siempre más oportuno dejar el gris marengo para las ocasiones de día y reservar el azul marino para la noche y para ciertas ocasiones formales como bodas o graduaciones.


Dicho esto, es importante recordar que el que sean la base de todo buen armario no significa que en cualquier momento y a cualquier hora del día se deban escoger, como se hace hoy, solo trajes grises o azules. Hay una gran paleta de colores y diseños que en ciertas ocasiones son mucho más recomendables de vestir.



3- Una vez con los cimientos terminados toca empezar a construir el edificio: el traje gris claro y de tejido no liso



Por norma general se pasa más tiempo vistiendo traje con luz solar que de noche. Por ello, deberíamos cerciorarnos de contar con otro traje gris para alternarlo con el gris oscuro. Los trajes grises de tonalidad algo más clara y con tejidos tipo espiga, ojo de perdiz o fil a fil aportan la variedad que necesitamos y nos ayudan a no tener que repetir traje. Igualmente, esta tonalidad clara permite acudir adecuadamente a la oficina y aceptablemente también a una importante comida de trabajo.


4- La raya diplomática resulta indispensable



El traje diplomático es el atuendo por excelencia de las finanzas. Gordon Gekko nos recordaba en los años ochenta que si querías ser alguien en Wall Street mejor no te olvidaras de él. Pero hoy ya no es obligatorio dedicarse a la Bolsa para vestir este tipo de estampado. Estudiando la disposición y grosor de las rayas del dibujo podremos jugar con la imagen que de nosotros queremos mostrar. Escógela más marcada y separada y apostarás por un look más de sport. Haz lo propio con otras más difuminadas y cercanas entre sí y el aspecto de tu traje será más serio.


Precisamente por esto necesitaremos dos trajes de raya diplomática de diferente grosor y color. Mi recomendación es optar por un traje gris marengo de línea fina y otro azul marino de raya algo más gruesa y marcada.



5- El quinto traje será un dos piezas que no obedecerá al concepto tradicional de traje




Una chaqueta y un pantalón independientes, es decir, de un color y diseño diferentes, aportará la variedad que reclama un buen y variado armario. Estos conjuntos son siempre menos formales que el clásico traje pero nos siguen permitiendo acudir elegantemente vestidos desde a una exposición de arte hasta a la oficina un viernes. Una blazer azul o una chaqueta de tweed con un pantalón gris siempre será una opción muy elegante.

Si con los cinco primeros trajes se afrontará el día a día de la semana sin necesidad de repetir traje, con el sexto introduciremos cada semana alguna variación y tendremos un cierto margen en caso que tengamos que desprendernos de alguno de los anteriores por tener que, por ejemplo, llevarlo al tinte.

Para asegurarnos de disfrutar lo máximo posible de estos seis trajes escojámoslos de una lana de entretiempo cuyo peso esté comprendido entre 280 y 370 gramos. Por debajo de dicho peso serán muy frescos como para protegernos del frio del invierno y por encima demasiado gruesos para afrontar nuestros calurosos veranos.



Una vez contemos con los “imprescindibles” aquí tratados estaremos en disposición de empezar a completar nuestro armario con trajes menos serios pero mucho más divertidos. Las opciones que encontraremos serán infinitas. Príncipe de Gales, cuadro ventana, sal y pimienta, cuadro Tartán etc. En los tejidos también encontraremos infinidad de posibilidades más interesantes que la lana 100% como es la franela, la cachemira, el bambú, la alpaca o el siempre fresco lino.

Y sobre el corte de los trates podremos jugar igualmente con múltiples opciones. Trajes sencillos, cruzados de cuatro o seis botones, de tres piezas, de dos o tres falsos botones, bolsillos de parche, en diagonal, con cerillera, solapas de pico o chatas, pantalones para cinturón o para tirantes, con uno o dos pliegues, ingleses o italianos, dos pletinas laterales o una trasera central y un largo etcétera nos brindan la posibilidad de vestir además de con elegancia también con personalidad y estilo.


El Aristócrata

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