lunes, 27 de marzo de 2017

CINCO PAISES, CINCO ESTILOS



La globalización ha traído consigo que cada vez sea más difícil diferenciar la forma de vestir del hombre, independientemente de su país de procedencia. Si hasta no hace tanto tiempo poco tenía en común la manera de vestir de un alemán y un español o de un norteamericano y un italiano, hoy de pasear por las calles de las principales capitales de medio mundo apreciaremos cada vez menos diferencias.

- Estilo inglés. 
El Reino Unido, y más concretamente Inglaterra, ha marcado el devenir de la vestimenta del hombre desde el S. XVIII. Todavía hoy la forma de vestir del hombre contemporáneo conserva cortes, prendas, protocolo de conjuntos y uso de colores definidos en este país siglos atrás. Su sastrería, camisería y zapatería artesanal, no tanto así sus diseñadores, han sido, y de alguna manera siguen siendo, veneradas e imitadas en los cinco continentes. 
El traje inglés, al menos hasta recientemente, se ha caracterizado por sus chaquetas armadas, unas marcadas hombreras y telas pesadas y gruesas para resistir el frío y la humedad. Sus conjuntos desprenden un aire muy elegante, aire que premia la limpieza de líneas y el corte más purista frente a los trajes menos armados y desestructurados. Se apuesta por colores oscuros, hechuras amplias y atemporales y zapatos negros de cordones. Los abrigos largos cruzados acompañan con frecuencia a los sombreros de fedora en los meses de invierno. Aunque su calle no lo termine de reflejar, en Inglaterra se encuentran las casas zapateras más reputadas del mundo.

- Estilo norteamericano. 
Aún siendo difícil establecer en un país con tantos y diferentes Estados un estilo predominante, el hombre de negocios estadounidense prefiere la comodidad frente al formalismo. El auge de las .com ha terminado calando profundamente en el mundo de los negocios siendo muy habitual mantener reuniones al más alto nivel sin presencia de la corbata. 
Su sastrería y camisería local, con pocas excepciones dignas de nombrar, está en manos de sastres y camiseros ingleses e italianos. Sin embargo, es en la ropa casual  donde sus marcas se han ganado el respeto mundial. La ausencia de códigos en la vestimenta, convierte a Estados Unidos en una enorme pasarela donde conviven todo tipo de estilos y conjuntos y donde el traje de chaqueta está cada día más en desuso. 

- Estilo italiano. 
Hoy es el gran dominador mundial tanto de la ropa de sport como de la formal. El conocimiento que se tiene en medio mundo de sus marcas más icónicas, unido a un gran trabajo de marketing, ha conseguido desbancar al Reino Unido como juez del vestir del hombre. Su sastrería, sastrería que bebe del estilo inglés, ha relajado las líneas serias y armadas británicas otorgando a sus trajes un aspecto relajado e informal. La calidad de la mano de obra y el gran estilo innato de sus sastres ha terminado de convertir las calles de Nápoles en el nuevo Savile Row. 
Preocupados por su aspecto, el hombre italiano apuesta por el uso de marcados estampados, colores alegres y hechuras algo atrevidas. Los trajes cruzados y entallados, las perneras estrechas y los pañuelos de bolsillo visibles son notas que definen un estilo desenfado pero donde nada se deja a la improvisación. Amante de los zapatos de color marrón, disfruta combinando sus mejores trajes de sastre con modelos de doble hebilla y hasta con mocasines. 

- Estilo francés. 
El look francés o más concretamente el parisino se diferencia por un aspecto a priori desarreglado pero donde todo termina fluyendo con cierta naturalidad. Fieles de los tonos oscuros, entre los que predominan los negros y azules oscuros, raro será verles con tonalidades alegres. La bufanda es su complemento fetiche vistiéndola tanto con topa informal como con traje. Este último y sobre todo las blazers se combinan con prendas de sport como polos o camisetas de pico. 
Si el aspecto despreocupado se aprecia en la popularidad de la camisa vaquera, el aspecto relajado-chic lo vemos en los zapatos, pieza clave en todos sus conjuntos. A diferencia de lo que ocurre en otros países, el zapato de cordones es el principal protagonista, independientemente del ambiente, y acompaña orgulloso incluso a sus conocidos pantalones pitillo. La aparente simplicidad también se aprecia en la ropa formal, conjuntos donde las marcas francesas más reputadas ganan la partida en popularidad a las tijeras más avanzadas. 

- Estilo español. 
Difícil resulta hablar de un estilo patrio. A excepción de prendas como la Teba o la capa española, pocas aportaciones reseñables hemos realizado a la vestimenta del hombre internacional. De gran sobriedad donde lo importante es pasar desapercibido y no destacar sobre el resto, el hombre español es tímido resultando extraño verle vistiendo trajes cruzados o de colores alejados de los populares azul marino o gris oscuro. 

Con los zapatos como principal asignatura pendiente, la comodidad prima en sus elecciones, tanto en los conjuntos informales como en los de corbata. Con una gran sastrería todavía por descubrir, el traje de chaqueta sigue viéndose más como una obligación laboral que como una prenda con la que disfrutar. A la hora de vestir de sport y a pesar de contar con marcas nacionales, prefiere otorgar su confianza a las marcas italianas y americanas más conocidas. 
Un estilo que merecería un estudio detenido es el estilo japonés. Muy preocupado por su aspecto estético, el japonés es un sibarita a la hora de escoger su ropa. Su predilección por lo hecho a medida y los zapatos artesanales le convierten en el nuevo referente internacional. 

El Aristócrata

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