lunes, 11 de julio de 2016

VAQUERO A MEDIDA, ÚLTIMA PRUEBA



La sastrería a medida permite hacerte con piezas imposibles de encontrar en la confección industrial. Quizás por ello suela recomendar no hacerse el primer traje a medida en azul marino. Aunque indudablemente la hechura personalizada siempre justifique hacerse cualquier tipo de traje en una buena sastrería, también es cierto que un traje azul marino medianamente aceptable es relativamente fácil de encontrar en bastantes tiendas. 

Y esta recomendación fue la que seguimos tras la primera visita que hicimos a Fernando de The Concrete Madrid. Si bien entramos con la idea de hacernos unos jeans de semejante hechura a los que uso a diario, rápidamente cambié de idea y tras hablar con Fernando decidimos hacernos algo bastante diferente. En concreto, tras ver la pintura de la Harley con la que le visité me sugirió intentar hacer un pantalón que en color combinara con ella, y que cuya hechura me permitiera hacer con ella muchos kilómetros de manera cómoda, y por qué no, también con un estilo muy personal. 
Igualmente, decidimos hacer otro vaquero para cuando la moto descansara en el garaje y acudiéramos a tomar algo con los compañeros de ruta. Este otro vaquero, de corte más clásico, también difería de las medidas de mis pantalones más convencionales pero llevaban el sello identificable de Fernando. Tanto uno como otro se hicieron a medida y de manera totalmente artesanal. 

1. El Pantalón Moto:

Tras la primera prueba, Fernando desmontó el hilván e hizo algunos ajustes en el patrón para limpiar las arrugas que se formaban en la parte trasera del muslo. Dichas arrugas impedían la caída recta de la pierna. Tras estos ajustes solo quedaba ajustar la cadera y la cintura.
Como comprobamos en la primera prueba, el color de la cinturilla del pantalón difería sustancialmente de el de la moto. Al ser la cinturilla bastante más clara, se tiñó esta nuevamente dando más porcentaje a la parte oscura de la mezcla del tinte natural de café curry y cloruro de sodio (sal común). Esto mismo se hizo en el interior del pantalón y lo que es más sorprendente, también se utilizó esta solución de alto porcentaje de café para teñir los botones de hueso, algo que consiguió un aspecto envejecido muy particular.

Durante la prueba apreciamos una imperfección que tenia la tela del vaquero a largo del muslo, algo que como era debido a la tejeduría artesanal decidimos que precisamente por su  imperfección debíamos mantener. En palabras de Fernando era: “la belleza de la imperfección de las telas tejidas artesanalmente“.
Los acabados interiores se hicieron con bies de algodón natural de espiguilla, el mismo tejido que se utilizó tanto para la bolsa de los bolsillos frontales y traseros como para el interior de la cinturilla. El hilo con el que se cosió el vaquero era de tipo torzal (hilo grueso que se utiliza con frecuencia en los vaqueros) de algodón ocre y verde de tonalidad similar al del vaquero.

Para coser los botones y ojales se utilizó un hilo torzal granate, a juego con los detalles de la moto (letras y líneas finas). Los ojales frontales son del tipo pera y oblicuos y se hicieron bastantes alargados, concretamente de 3,5 cm; medida tomada de los ojales de la chaqueta vaquera a medida que ya trajimos a esta página. Al haberse lavado el denim previamente, se dejó el largo justo sin miedo a encogimiento y se remataron a mano para favorecer la tan buscada caída limpia.
En esta segunda prueba el pantalón ya tenía una buena caída y las medidas estaban prácticamente definidas a falta de ensanchar un poco la cadera para cuando estuviera sobre la moto fueran lo más cómodos posibles. Como bien dijo Fernando, no sirve de nada verse bien delante del espejo si luego no se está cómodo. Realizar este ajuste no conlleva gran complicación al contar este pantalón con una costura simple en el tiro o caja y desmanche en la parte trasera.

2. El pantalón clásico 5 bolsillos

Tras la primera prueba se realizaron ajustes de ancho de pierna, cintura y cadera, ajustes que se pasaron al patrón. Al ser ajustes bastante frecuentes, Fernando prefirió no esperar a la segunda prueba y tras dicha primera prueba terminó de coser todo el pantalón. No obstante, según nos comentó más tarde, esto fue algo temerario ya que un modelo de cinco bolsillos con costuras dobles, fabricado de manera artesanal, implica tres pasadas de una máquina de puntada simple en la mayoría de las costuras de la caja del pantalón. Y de hacerse mal esas pasadas toca repetir el pantalón.
Estas máquinas son bastante frecuentes en los talleres de sastrería y de alta costura y se usan, según nos comenta Fernando, para hacer camisas, pantalones o ciertas partes de las chaqueta. Estas máquinas de puntada simple son suficientemente potentes como para asegurar la durabilidad de la costura, pero requieren de una buena precisión para conseguir un acabado lo más fino posible. Para evitar esta dificultad es por lo que la mayoría de los vaqueros de confección se fabrican con máquinas industriales de doble puntada, cadeneta o autómatas. La máquina que utilizan en The Concrete es una Brother de los años 60 fabricada en Japón y en la que Fernando utiliza agujas gruesas especificas para el tejido denim raw.

El uso de una máquina de puntada simple, y la precisión y belleza de las puntadas resalta al utilizarse hilos de dos colores, el clásico tostado ocre y el azul índigo de igual tono al del tejido denim. La costura anaranjada oscura artesanal resaltará, sobre todo en los primeros meses de uso que el vaquero, sobre el azul del pantalón. 
Los acabados interiores tienen una clara inspiración en los pantalones de sastrería tradicional. Así se aprecia una cinturilla interior con entretelas y cortado al bies en tejido de algodón natural de espiga. Este mismo tejido se utiliza para las bolsas de bolsillos frontales y una cinta de bies, cosida a lo largo de todas las costuras, deja ver un acabado interior limpio que además asegura la durabilidad y estabilidad del pantalón tras el uso y los lavados.

El tejido usado en el interior es bastante suave y agradable al tacto algo que no deja de sorprender por tratarse de un tejido muy compacto de 5 onzas de densidad. Con este tipo de tejido nos asegura Fernando que es muy difícil que se produzcan agujeros por mucho tiempo que se lleven las llaves de la moto dentro.
Los botones son francamente bonitos, y muy diferentes a todo lo que conocíamos antes. Se trata de botones de madera de haya, troquelados y barnizados a mano por Fernando. Nos resalta que es importante que vayan cosidos a mano con hilo torzal de algodón y con núcleo de poliéster para conseguir que duren toda la vida del pantalón. De hecho estos botones eran frecuentes en los vaqueros de los cowboys, mineros y en la ropa de trabajo al soportar prácticamente todo tipo del maltrato. 

La propia estética de este pantalón cinco bolsillos está inspirada en aquellos. No obstante, hay ciertos elementos o detalles del pantalón cinco bolsillos que las marcas comerciales siguen usando como reminiscencia estética de los primeros diseños que dieron fama universal a este clásico pero que Fernando omite. Por ejemplo, los remaches metálicos tan típicos entonces hemos preferido cambiarlos por un bordado a mano burdeos en forma de cruz. Además, el cosido y remate que la Brother proporciona es suficiente para asegurar los bolsillos traseros o las trabillas para el cinturón en un uso normal del pantalón.
La etiqueta trasera - también reminiscencia estética de la marca icónica, que popularizo el cinco bolsillos – se ha realizado en vaquetilla natural. Con el uso esta va adquiriendo una patina única. Está marcada manualmente con un sello metálico por presión con el logotipo de The Concrete 

El tejido denim a priori es rígido y almidonado. Al utilizar el tejido como sale de la tejedora, es decir tipo raw sin prelavado ni suavizados, este termina cediendo en las partes que más presión soporta adaptándose a la forma del cuerpo. Como ya me adelantó Fernando al ponerme por primera vez el pantalón y sentirlo un poco justo, este empezó a ceder con solo cuarenta minutos de uso. 
Este fue el tiempo que se necesitó para observar como las primeras arrugas a la altura de la pelvis empezaban a formarse. Esto se traducirá en un bonito desgaste con el paso del tiempo y con el uso. Dicho efecto de tonos de índigo es lo que hoy muchas marcas de vaqueros de confección intentan conseguir, pero que en opinión de Fernando en la mayoría de las ocasiones no lo hacen de la manera correcta ya que estas arrugas no terminan ajustándose a la realidad de las arrugas, pliegues y desgastes de cada cuerpo en concreto. 

Nos recomendó Fernando vestir el pantalón bastante antes de lavarlo la primera vez. “Cuanto más usado está el pantalón antes del primer lavado más se desgastarán esos pliegues conocidos como whiskers”.
El denim raw (tejido sin pre-lavar) solo encoge a lo largo del tejido pero no a lo ancho. Debido a ese encogimiento de cuatro centímetros por cada metro y medio hace que nos entreguen el  bajo del pantalón con una vuelta, vuelta que nos recomienda usar hasta el primer lavado.

El precio del pantalón de moto es de 650 euros, precio más que justo de conocer el tipo de tela que se ha utilizado y todo el trabajo que ha llevado. El pantalón cinco bolsillos es algo más económico, 390 euros.
Independientemente de que nos gusten estos modelos, lo cierto es que Fernando es capaz de hacer todo tipo de hechura y forma para el vaquero. Quizás por ello sea por lo que también es muy popular entre las mujeres. A estas es capaz desde disimularles unas anchas caderas hasta un generoso trasero. Igualmente, puede conseguir tanto con nosotros como con ellas que nuestros vaqueros estilicen enormemente nuestra figura. 

PD Debido a que mi estilo de vida difiere bastante del look de motero, dejamos que fuera María, novia de Fernando, quien decidiera qué ponernos para la sesión de fotos. ¡Gracias María!
El Aristócrata

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