A pesar de su frecuencia, y que con el tiempo nos hayamos acostumbrado a ellos, hay errores que se deberían evitar cuando vistamos con de traje:
1- Un cuello desbocado. El cuello de la chaqueta debería estar en contacto permanente con la camisa. Ha de ser así tanto cuando estemos de pie, caminando o sentados. Para conseguirlo, una sisa alta se antoja obligatoria.
2- Una arruga en el frontal de la chaqueta. Si al abotonarnos la chaqueta aparece en su frontal una especie de “X”, esta queda estrecha y deberemos pedir otra talla o, como pudiera ser recomendable, otro modelo de chaqueta de corte diferente. No olvidemos que una cosa es que la chaqueta quede entallada y otra muy diferente que nos esté estrecha.
3- Un largo de faldón incorrecto. Como norma general, la longitud de la chaqueta debería dividir el cuerpo en dos partes iguales. Otra forma de comprobar su largo correcto es dejar caer los brazos y comprobar que la chaqueta termina a la altura de los nudillos. Si preferimos una chaqueta algo más corta, asegurémonos al menos que oculta el trasero.
4- Unas mangas largas. Ni cortas ni largas. Las mangas del traje deberían dejar asomar ligeramente los puños de la camisa. Comprobemos que no se vean los gemelos y habremos acertado.
5- Un pantalón demasiado largo. El pantalón debe tocar levemente el frontal del zapato pero nunca descansar holgadamente sobre él. Cuando se marque el largo del pantalón es aconsejable que nos dé la impresión de que queda algo corto ya que el pantalón a lo largo del día siempre termina cayéndose ligeramente. Optemos por tirantes y olvidémonos de este punto.
6- Unos bolsillos del pantalón que se abren. Las modas han acercado, a mi parecer demasiado, el corte del pantalón de sport y el de traje. Consecuentemente, ahora se estila un pantalón de traje bastante ceñido de caja, algo que hace que muchas veces los bolsillos terminen abriéndose.
7- Unas solapas que no cubren los extremos del cuello de la camisa. No escojamos para nuestra camisa el cuello que más nos guste, sino el que más favorezca a las medidas de nuestro rostro. Decidido esto, asegurémonos de que las solapas de la chaqueta cubren sus extremos sutilmente.
8- Un trozo de camisa que asoma entre la chaqueta y el pantalón. Inténtese evitar que, una vez abotonada la chaqueta, se vea un trozo de camisa entre esta y la cintura del pantalón. Vístase el pantalón en la cintura y no en la cadera, y habremos dado con la solución.
9- Una camisa demasiado ancha. Tan feo queda una camisa de traje muy ceñida al cuerpo como una camisa en la que se forman bolsas. Evítese igualmente que la costura del hombro quede más allá de la terminación natural de nuestro hombro.
10- Hombreras con demasiado volumen. Estéticamente resulta favorecedor unos hombros naturales donde la manga de la chaqueta comience a descender justo al final de nuestro hombro. De extenderse más allá, se producirá un hoyo entre la hombrera y el hombro que afeará el resultado final.
El Aristócrata
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