lunes, 8 de febrero de 2016

PLANCHADO Y MANTENIMIENTO DE LAS PRENDAS DE MANGA




Uno de los grandes problemas con los que muchos nos encontramos es observar como nuestros trajes pierden su aire original conforme pasa el tiempo…y los planchados. Un buen planchado no solo requiere de una buena plancha sino también de la técnica necesaria para llevarlo a cabo. Los que no contamos con dicha pericia nos vemos en la necesidad de llevar nuestro traje a la tintorería - ¡ojo, cuidado al elegirla ya que puede hacer mucho más daño que beneficio! – con el sobre coste que esto representa a lo largo de la vida del traje.

Para evitar el incordio que supone acercar varios trajes a la tintorería y a los días tenerlos que recoger, no parece que sea del todo descabellado el intentar aprender una técnica que nos puede ahorrar mucho tiempo, y dinero. Debido a que por miedo a poderlos estropear nunca me plancho mis trajes no parecería muy lógico que fuera yo el que os escribiera sobre ello. Por ello, nadie mejor que un sastre para que nos muestre todo el proceso y nos hable sobre el correcto mantenimiento de las prendas de mangas; mantenimiento que se traduce en un buen envejecer. No obstante, las pautas que a continuación Daniel Schleissner de Sastrería Sánchez Caro nos expondrá, no están escritas desde las facilidades técnicas de su sastrería de Monte Esquinza sino pensando en los medios que se tienen en una casa particular.
Según nos comenta Daniel, en el buen envejecer de los trajes, intervienen distintos factores y  entre destacan especialmente:

- La calidad de la tela
- La calidad de la confección
- El cuidado con que se trate

Continúa Daniel hablando que: “en cuanto a la calidad de la tela, lo mejor es dejarse aconsejar por los profesionales, siendo este un punto de suma importancia que condiciona de manera determinante tanto el resultado inicial del traje como en el buen envejecer del mismo.
En general, señalar que tejidos de poco peso, por debajo de los 300gramos, independientemente del grosor de la hilatura, serán siempre más problemáticos tanto en su ejecución como en su buen envejecer. Por supuesto, apostar siempre por tejidos de dos cabos (2 PLY ó 2X2, esto es, que cada hilo de la trama y de la urdimbre del tejido estén compuesto a su vez de 2 hilos torsionados. Estos tejidos pueden  tener peor mano, pero su comportamiento es muy superior ya que si las arrugas no están muy marcadas estas desaparecen solas al colgar la prenda en la percha. En este punto es importante mencionar que nunca debemos ponernos un traje dos días seguidos ya que de hacerlo las arrugas quedan profundamente marcadas, especialmente en codos, espalda y rodillas del pantalón, no eliminándose por sí solas en la percha independientemente de lo bueno que sea el tejido.
La calidad de la confección es también un punto a destacar en el buen envejecer del traje. En un traje realizado artesanalmente todas las partes de la prenda están sujetas interiormente, sin partes termoadhesivadas, lo que se traduce en que dichas partes se mantienen siempre en su sitio evitándose deformaciones derivadas del uso o del tinte.

El último punto a tratar, el referido al cuidado de las prendas, quizás sea el más interesante. Por ello, trataré de dar unas reglas básicas que nos ayuden a conservar de la mejor manera posible nuestros trajes, camisas o abrigos: en primer lugar señalar como hemos citado anteriormente que al igual que los zapatos, las camisas u otras prendas de vestir, no debemos ponérnoslas nunca más de un día seguidos. 
En segundo lugar mencionar la importancia de una buena percha. Se tiende por cuestiones de espacio a utilizar perchas muy estrechas. Con ello, se ocasionan una serie de arrugas en los hombros y en las mangas que debido al gran tiempo que las prendas pasan en el armario terminan “agarrándose” a la prenda, siendo luego necesario plancharla para que desaparezcan. Por ello, yo siempre aconsejo perchas anatómicas. 

En cuanto al planchado, por regla general, los trajes y abrigos no se planchan nunca, o mejor, cuanto menos se planchen mejor. Después de una puesta colguémoslos bien y airémoslos con el fin de eliminar, no solo los posibles olores del día, sino también la humedad corporal. Se dejarán hasta su siguiente puesta en un sitio con suficiente amplitud y seco. La lana es una fibra viva, y como tal continua reaccionando a factores externos, como lo es la humedad. 
Mencionar en este punto que el método del vapor, esto es colgar una prenda en el cuarto de baño y abrir el grifo del agua caliente, me parece sumamente desaconsejable. La humedad es, por tanto, uno de los mayores enemigos de nuestra prenda, ya que si bien es cierto que ayudará a que desaparezcan algunas arrugas, levantará todas las costuras ahuecando la prenda.

El planchado es una operación importantísima en la elaboración de una prenda de manga. Se cuenta que en el taller del gran Antonio Collado, el mejor pagado era el “ingeniero de plancha”, y esto es así porque, un buen planchador puede hacer maravillas a la hora de dar forma a una prenda, pero también ocurre al revés, una mala plancha puede arruinar por completo el trabajo de las formas que desde el corte de las prendas se ha tratado de conseguir. Por todo ello yo ofrezco un servicio de plancha gratuita a todos mis clientes. Aun así, trataré de explicar cómo planchar en casa algunas de las partes que más se arrugan con el uso como son solapas, caídas de los delanteros, codos y espalda.
Como reglas generales:

- Nunca planchar directamente sobre la tela, aunque la plancha tenga una funda antibrillos. Utilizaremos siempre un paño de algodón o “sarga”.

- No utilizar vapor. Humedeceremos directamente la sarga con un pulverizador y nunca mucho, teniendo en cuenta que habrá que resecar bien el tejido, eliminando por completo la humedad. Esto no es así para los tejidos azules oscuros, que tienden a sacar brillos con el resecado. En otra ocasión, se hablara sobres los brillos y el deslustrado de las prendas.

- Necesitaremos de “almohadillas” que nos ayudaran a mantener las formas en el proceso de planchado. Si no disponemos de estas, podemos utilizar una toalla enrollada o algo similar.

Veamos todo esto en un ejemplo gráfico:

a) Planchado de la espalda: Se tratara de quitar aquellas arrugas producidas al sentarnos con la chaqueta puesta. Colocaremos la prenda boca abajo sobre la tabla de plancha tal y como se indica en la foto y teniendo en cuenta las reglas generales mencionadas arriba 

b) Planchado de los codos: tal y como se indica en la fotografía, introduciendo en el interior de la manga la almohadilla o la toalla enrollada.
c) Planchado del delantero: colocaremos las caídas de los delanteros sobre la tabla de la plancha tal y como aparece en la foto.  
d) Planchado de las solapas: nos valdremos también de la toalla para evitar planchar en plano y de esa manera no se pierdan las formas. Plancharemos primero el revés de la solapa y posteriormente el derecho. Es importante eliminar bien la humedad”.   

Daniel Schleissner para:
El Aristócrata

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