Estimados Reyes Magos,
No son los más caros, no cuentan con las complicaciones más difíciles ni presumen de estar hechos con materiales pensados para cosas tan irrelevantes como recorrer el espacio. Sin embargo, los modelos que esta semana traemos a esta página pueden presumir de contar con mecanismos manufactura – y manufactura no solo de catálogo sino de verdad-. Ninguno de estos diez relojes necesita de equipos de marketing que adornen antiguas historias de viajes, guerras, aventuras o carreras para ganarse la reputación de la que hoy, muchos años después de su creación, pueden hacer gala.
1. Jaeger-LeCoultre Reverso
Aunque ya en 1833 empieza a dar sus primeros pasos, Jaeger-LeCoultre como tal nace en 1937. Esta manufactura suiza ha estado detrás de cientos de invenciones y ha creado los calibres y los relojes más pequeños del mundo – al contrario de lo que se estila hoy, antes el reto era hacer el reloj más pequeño y fino posible. Con 1000 calibres a sus espaldas, en 1931 un grupo de oficiales británicos destinados en India lanzó el reto de crear un reloj capaz de soportar los golpes y las sacudidas que se producen durante un partido de polo. Jaeger-LeCoultre ideó el modelo Reverso, dotado de un mecanismo reversible y de formas claramente surgidas del Art Déco. Desde entonces este modelo se convertiría en una de sus piezas iconográficas de la relojería mundial. Jaeger-LeCoultres es adquirida en el año 2000 por el grupo Richmont.
2. Zenith El Primero
Fundada en 1865 por un joven de solo veintidós años, su nombre hace referencia al cénit o punto más alto del cielo (su logo es precisamente una estrella). Un siglo después de su creación, concretamente en 1969, Zenith lanza su movimiento estrella y una de las grandes creaciones jamás conocidas por la alta relojería, El Primero. Este mecanismo se diferencia por contar con una frecuencia de 36.000 alternancias por hora lo que permite al reloj un precisión de una décima de segundo. A pesar de que este elevado número de “ticks” pudiera desembocar en una vida corta de autonomía, esta se elevaba hasta las cincuenta horas. Ha sido tal su popularidad y reconocimiento que hasta 1994 montó los motores del Rolex Daytona, aunque Rolex le quitara su dulzura rebajándolo a 28.800 alternancias. Otra de las cosas que los amantes de este reloj siempre admirarán es que en sus 47 años de vida el diseño de El Primero se ha mantenido bastante fiel a sus orígenes. Seguramente El Primero haya sido el cronógrafo automático más importante jamás creado. En 1999 Zenith es adquirido por el grupo LVMH.
3. Audemars Piguet Royal Oak
Fundada en 1875 por Jules-Louis Audemars y por Edward-Auguste Piguet, dos jóvenes que en el momento de la fundación de la marca contaban con solo 23 y 21 años respectivamente, nació como casa enfocada únicamente a crear mecanismos de alta complicación. Solo unos años después, en 1882, presentaban ya sus relojes de bolsillo con complicaciones como el calendario perpetuo, la repetición de minutos y el cronógrafo. Desde entonces son innumerables los movimientos de alta complicación en los que está detrás la casa de Le Brassus. En 1971, después de estar al borde de la desaparición durante la Gran Depresión, la II Guerra Mundial y los tiempos donde el cuarzo era el gran protagonista, Audemars Piguet lanza su mítico Royal Oak, modelo creado por Gérald Genta. Al contrario de lo que se estilaba en la época, Gérald creó un reloj octogonal, de acero, con tornillos visibles y ancho de caja, todo ello inspirado en uno de los barcos de la British Royal Navy de HMS Royal Oak. Fue tal su ruptura con las líneas del pasado que las primeras ediciones de este modelo no fueron fácil venderse. Sin embargo, la historia tenía reservado a este modelo un hueco entre los relojes más codiciados y admirados.
4. A. Lange & Söhne Lange 1
Fundada en 1845, Lange es un rara avis en su especie al nacer en Glashütte, una población muy alejada de Suiza. Expropiada en 1948, deja de funcionar hasta que el nieto del fundador con la ayuda de otras casas relojeras como IWC y Jaeger-LeCoultre la relanza en 1990 sacando su primer reloj de muñeca en 1994. Al contrario de otras casas como Patek o Audemars que han usado en algún momento de su historia mecanismos de cuarzo, todos los movimientos de Lange son mecánicos. Otra característica de esta marca es que no usa cajas de acero. El calibre del Lange 1 fue uno de los primeros ensamblados por Lange hace veinticinco años. Aunque recientemente fue actualizado, sigue conservando sus notas características que le han hecho único y especial. Destaca visualmente por mostrar la hora en una pequeña esfera en la parte central izquierda y la hora en una gran ventana partida en dos. Pocas casas con tan pocos años de actividad han alcanzado los éxitos y respeto que ha conseguido esta casa alemana. Fue adquirida por el grupo Richmont en el año 2000.
5. Blancpain Villeret
Fundada en 1735, Blancpain es una de las casas relojeras más antiguas que todavía hoy siguen funcionando. Puede presumir de no haber fabricado nunca un reloj de cuarzo. Al contrario de marcas de producción masiva, Blancpain solo produce treinta relojes al día (¡Rolex fabrica dos mil!). Al igual que las marcas que en esta lista la preceden cuenta en su haber con varias patentes e innovaciones. De todas ellas destaca el Blancpain 1735 que alberga un tourbillon, un repetidor de minutos, un calendario perpetuo y un salto de cronógrafo. Igualmente, conserva a día de hoy el haber fabricado el mecanismo más pequeño así como también el más fino. La colección Villeret, debe su nombre al lugar donde se encuentra la manufactura, es sin lugar a dudas la más clásica de toda la colección y su elegancia bien la podemos calificar de atemporal. Fue adquirida por una segunda vez por el grupo Swatch en 1992.
6. Patek Philippe Calendario Anual-Fase Lunar
Fundada en 1839, Patek Philippe es la única manufactura familiar que no ha sido comprada por ninguno de los tres grandes grupos relojeros. Alberga en su haber ochenta patentes y desde 2009 somete a sus relojes no ya como hacía antes a los famosos criterios del Punzón de Ginebra, sino al Sello Patek Philippe. En 1933 fabrica el que por muchos es el reloj más complicado de cuantos se han realizado: el reloj de bolsillo “The Graves”, reloj que cuenta con 24 complicaciones y solo superado, según la propia casa, por el calibre 89. Elegir un modelo de esta casa se antoja misión nada fácil. Quizás su complicación de calendario anual que indica la fecha para meses de 30 y 31 días y que necesita de sólo una corrección al año, del 28 de febrero o 29 al 1 de marzo, sea una de las más deseadas. Ninguna colección de relojes estará completa de no hacerse acompañar de al menos un Patek, el Rolls Royce de los relojes.
7. Breguet Classique
Fundada en París en 1775, Breguet es otro de los grandes nombres de la relojería más exquisita. Desde la Reina María Antonieta o el Rey Luis XVI de Francia hasta Napoleón, George Washington, Tolstoy o Victor Hugo fueron seguidores de la marca de la rosca guilloché y de sus famosas manecillas. El 26 de junio de 1801 Breguet patenta el primer reloj tourbillion, hito que le valió entrar ya para siempre en el templo de las más grandes casas manufactureras. También estuvo detrás del primer reloj automático, la primera ecuación del tiempo, el primer reloj de pulsera, el primer cronógrafo y otros muchos mecanismos que hoy vemos en los escaparates pero que fueron creados a principios del S. XIX. Al contrario de otras marcas todo lo que se ve en un Breguet Classique persigue no la belleza sino la practicidad. Y con ese objetivo se creó precisamente en 1972 una de las líneas insignias de la casa: la Classique. Fue comprada por el grupo Swatch en 1999.
8. FP Journe Octa
La casa más joven de nuestra lista fue fundada en 1999 por François-Paul Journe. Su famoso Invenit et Fecit (“lo inventé y lo hice”) es hoy uno de los eslóganes más perseguidos por los coleccionistas de alta relojería. Con él, FP Journe quiso dejar claro al crear su marca que sus relojes se fabricaban enteramente en sus instalaciones. FP Journe es uno de los estandartes de los conocidos como “relojeros independientes” que sin pertenecer a los grandes grupos relojeros luchan por hacerse respetar en un sector donde la marca y los conocimiento adquiridos a través de la historia son fundamentales para llamar la atención de los compradores. Si su puesta de largo la realizó en Basilea en el año 1999 con su Tourbillon Souveraine, como relojero, y no como CEO de ninguna casa relojera, ha recibido todo tipo de reconocimientos. Entre ellos destacan la Aguja d’Or Prize que le fue otorgada en 1989, el premio al relojero del año 1994, relojero del año 2006, así como también del 2008 etc. En el año 2006 el Ministro francés de Cultura le otorgó el título de Caballero de las Artes y de las Letras. No obstante, su mayor logro es, según entrevista concedida a esta página, que el 20% de las ventas de sus relojes va a parar a ciudadanos suizos, “probablemente los más entendidos y apasionados de la alta relojería”. Y el Octa es su pieza estrella.
9. Vacheron Constantin Patrimony
Fundada en 1755 junto a Patek y Audemars forma la conocida “Sagrada Trinidad”. Su eslogan "do better if possible and that is always possible" ha cautivado a lo largo de los siglos a los mayores entendidos y sus piezas han formado parte de las mejores colecciones privadas de relojes. Ciertas complicaciones como el Tour de l´lle con 16 complicaciones o el 57260 pueden tardar ocho años en fabricarse y alcanzar un precio de venta de 20 millones de dólares. El Patrimony si bien no alberga todas esas complicaciones es uno de los modelos más representativos de la historia de la marca. En 1987 Vacheron pasa a manos del Ministro de Petróleo de Arabia Saudí, Sheik Ahmed Zaki Yamani, y en el año 2003 es adquirida por el grupo Richmont
10. Rolex Submariner
Fundada en 1905 cuenta en su catálogo con dos modelos muy conocidos. El Oyster, creado en 1923 y que fue el primer reloj de pulsera resistente al agua y el Datejust, creado en 1945 y que fue el primer cronómetro en contar con un mecanismo para el cambio de fecha automático. Aunque tengo que reconocer que me ha costado incluirlo en la lista, no hubiera sido justo no hacerlo. Rolex es otra de esas pocas casas que bien puede presumir de hacer sus mecanismos enteramente in-house. Varios de sus modelos, como por supuesto el Submariner, han escrito importantes páginas de la historia de la relojería. Si bien Rolex no puede presumir de contar con tan alto número de patentes ni grandes complicaciones como las casas que en esta lista la preceden, su fiabilidad, durabilidad y precisión están fuera de toda duda. Tiene como gran virtud no haber sucumbido a las ofertas para pertenecer a alguno de los grandes grupos relojeros.
El Aristócrata
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