Si nuestro próximo artículo será la ya clásica carta a los Reyes Magos, en el siguiente ya empezaremos con estas nuevas temáticas y os contaré mi experiencia por varios restaurantes portugueses, tanto estrellas Michelin como de concepción más clásica. Aunque la mayoría conoceréis el resort Penha Longa os diré lo que me ha gustado y lo que no. Y os lo diré imparcialmente porque por todo ello he pagado y, al contrario de lo que hoy parece ser habitual, nada se ha aceptado como pago total o parcial por aparecer en esta página. Ni hay necesidad ni ese ha sido, ni nunca será, el motivo de la existencia de esta página. Y todo ello lo escribí a bordo de uno de esos deportivos que en pocos años me temo estarán prohibidos.
Pero hasta entonces, quería daros las gracias por hacer este blog un poco más especial cada día y por haberme acompañado en esta andadura tantos años. Desearos que el próximo año sea mejor que este no parece desear un imposible. Aunque en este punto me gustaría hacer un inciso. En estos días que tantos mensajes se reciben en el móvil deseando la muerte al 2021, creo que no estamos siendo del todo justos con él. Para empezar si estamos leyendo estas líneas es porque el 2021 no ha sido tan malo con nosotros, al menos no todo lo malo que pudiera haberlo sido.
Pocos años habremos vivido que hayan enseñado tanto como este. Tampoco habrá habido muchos en los que hayamos pasado más tiempo en familia. Nos hemos conocido más, nos hemos acercado más, nos hemos buscado más, nos hemos reído más y hemos dado más importancia a las cosas que verdaderamente las tenían. Además, de hablar con nuestros abuelos llegaríamos a la conclusión de que este Covid es un chiste comparado con lo que muchos de ellos tuvieron que pasar. Al fin y al cabo, nosotros hemos estado en casa disfrutando de la calefacción, de un frigorífico lleno y de la seguridad de que nadie rompería en ella a llevarse para nunca más ver a un padre, a un hermano o a un hijo.
Siempre que a alguien veo triste, incluido a mi mismo, aún cuando tenga razón para estarlo le pido que mire a su alrededor y que vuelva a preguntarse si de verdad tiene motivo para tanta tristeza. La frase: “lloré porque no tenía zapatos…hasta que vi un niño que no tenía pies” debería siempre acompañarnos y tenerla más presente de lo que aquí en occidente hacemos.
Disfrutemos de estar vivos, de poder oler, correr, respirar, ver, sentir…de tener a gente a nuestro lado a la que importamos, de poder pasear cerca del mar, de caminar por el monte, de hacer un poco más felices a los que queremos, de reírnos, del placer de la lectura, del frio y la nieve del invierno, de la música y de tantos y tantos placeres que se nos dan gratis por el mero hecho de estar vivos.
Y con este sentimiento de alegría y agradecimiento os deseo a todos Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.
El Aristócrata
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