lunes, 16 de noviembre de 2020

UNA FORMA FÁCIL DE ORGANIZAR EL ARMARIO



A pesar de los esfuerzos realizados por multitud de marcas en conseguir ropa de calidad a precios contenidos, la realidad es que la ropa buena no es barata. 

Los materiales que en ella se utilizan y, sobre todo, la mano artesanal empleada lo impiden. Cierto que hoy más que nunca hay prendas de lo más bonitas a precios muy atractivos, pero de diseño y con calidad muchas menos. Por ello, los trajes, camisas zapatos etc., más si han supuesto un importante desembolso, requieren de un cuidado concreto que permita disfrutarla muchos años. 
Precisamente esta es una de las ventajas de la ropa artesanal: de cuidarse adecuadamente perdura muchos años en el armario. Y la organización de este resulta fundamental para alargar la vida de la ropa que en él descansa. "Me gusta mi dinero justo donde lo puedo ver: colgando en mi armario" – Coco Chanel. 

Sin embargo, tener, como antaño era frecuente, una habitación vestidor con suficientes armarios y espacio para cambiarse de forma cómoda y tener a mano chaquetas, camisas, zapatos etc. es hoy un privilegio al alcance de solo unos pocos. Por ello, con un espacio reducido se antoja necesario agudizar el ingenio y contar con los compartimentos necesarios para poder albergar tanto la ropa de trabajo como la de tiempo libre. De hecho, lo ideal sería contar con al menos dos armarios; uno formal y otro de sport para de esta manera tener, dependiendo del momento del día, todo lo necesario a mano. 
La disposición de la ropa es sencilla. Las camisas deben colgarse y no guardarse dobladas. De doblarlas la aparición de arrugas está garantizada. Debería abotonarse el primer botón para evitar que se caiga, el faldón no debería golpear con nada y las perchas de madera aún no siendo tan fundamentales como en las chaquetas y los trajes siguen siendo recomendables. Su grosor será menor, lo que permite contar con un número mayor de perchas. No se colgará más de una camisa por percha y los más exquisitos agradecerán perchas con pinzas para colgar un calzoncillo con idéntica tela al de la camisa. 

En la parte inferior de las camisas, separado por una balda de madera, unos cajones ocuparán el espacio inferior. Estos cajones son necesarios para guardar en uno de ellos los calcetines, en otro, dividido en pequeños cuadrados los cinturones, en otro los pijamas y en el último el resto de ropa interior. La otra mitad superior del armario la ocuparán trajes y chaquetas. Perchas más gordas y anchas en las hombreras serán necesarias para evitar que se terminen deformando. 
Los pantalones de vestir, de ser posible, deberían agarrarse por la botamanga con las pinzas de la percha. De no tener espacio pueden colgarse en la propia percha de la chaqueta. En este último caso la barra cilíndrica horizontal de la percha es conveniente que, además de ser gruesa para evitar se marque donde se dobla el pantalón, también aparezca forrada evitando así que el pantalón termine deslizándose y cayéndose. 

Los cajones donde mantener los jerséis pueden ser abiertos ganando unos milímetros extra de espacio. Lo mejor para las corbatas es conservarlas enrolladas, pero de no contar con suficiente espacio un cuelga corbatas situado al lado de las camisas de vestir hará las veces de aquel. Una caja de cartón será todo lo que necesitemos para tener los pañuelos de bolsillo a mano. 
Encontrar espacio para los zapatos no es tarea fácil. Los zapatos de calidad de cuidarse correctamente pueden durar toda la vida, por lo que lo más normal es que cada día sea más difícil encontrar espacio para cada nuevo par. Lo más recomendable es reservarles un armario para ellos solos. En su defecto, necesitaremos un sitio aislado para ellos en el armario. Unas grandes cajoneras o unas largas baldas extraíbles en los bajos del armario permitirán meter al menos los zapatos que más usemos. 

En su altillo siempre se podrán tener esas prendas que si bien no las utilizamos muy frecuentemente sí de vez en cuando. El armario más cercano a la puerta principal de la casa resulta el lugar más cómodo donde tener los abrigos y sus altillos donde almacenar las maletas y los sombreros, tanto los que usemos a diario como los de temporada. El mejor material para los armarios es la madera. Este es el compuesto que mejor resguarda la ropa de las humedades y olores. 
Si somos afortunados y contamos con armarios de grandes dimensiones, o todavía mejor con un gran vestidor, unas cestas para los múltiples accesorios – bufandas, pashminas, botonaduras etc. – evitarán que aparezcan cosas desordenadas en el interior del armario. Sin embargo, si el espacio es reducido mejor tener pocas cosas, pero de calidad. Esto será un acierto además de por la longevidad de las prendas también por poderlas conservar aireadas. 

Tener muchos trajes o camisas apelmazados solo producirá arrugas e incomodidad a la hora de extraer la ropa del día. Igualmente, pensemos que lo que no se ve no suele escogerse. Por ello, nuestro armario debería estar dispuesto de tal forma que con un rápido vistazo avistar todo lo que hay en su interior. En este objetivo unas luces que se enciendan al abrirse serán de ayuda. 
Un vestidor, también un armario, puede ser un espacio más de decoración de la casa, igual de atractivo que una cocina o una bonita biblioteca, de ahí que hacer un esfuerzo económico en él lo agradecerá tanto nosotros mismos y nuestra ropa como la casa en su conjunto.

El Aristócrata

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