Sea porque estemos en plena temporada de bodas o porque es de este conjunto del que más recibo últimamente consultas, puede ser un buen momento esta semana repasar de manera rápida las claves de un buen chaqué:
1. Atuendo padrino y testigos. El novio es el protagonista. Por ello, si este decide casarse con un traje estándar ni padrino ni testigos deberán vestir de chaqué. Igualmente, si el novio escogiera chaqué estos deberían acompañarle también con él, pero con un chaleco de diferente color.
2. Cuidado si es alquilado. Si solo se va a vestir ese día resulta comprensible alquilarlo. No obstante, de ser este el caso es aconsejable cambiar el chaleco negro que suele venir en el “pack” de alquiler por uno de color. Cómprese en versión cruzada y con los botones madre perla y el conjunto adquirirá un aire especial disimulando además la procedencia del resto de las piezas. El ser el chaqué un conjunto de tres piezas se permite dejar la levita desbotonada cobrando el chaleco gran protagonismo.
3. Color. Aunque las modas lleven a escaparates chaqués en color azul marino o en estampados diplomáticos, el chaqué más elegante, y correcto, sigue siendo el clásico de levita negro y pantalón a rayas negras y grises. De celebrarse por la mañana, se admite el chaqué gris. En este caso todo el conjunto, levita, chaleco y pantalón, deben ser exactamente del mismo tejido y color.
4. Los zapatos. Solo las botas balmoral y los Oxford lisos son adecuados con este conjunto. El negro, color para los eventos más formales, resulta la mejor opción más apropiada. De escoger los Oxford se podría incorporar una pequeña costura en la puntera. Los modelos semi y full brogue mejor reservarlos para actos menos serios. Los zapatos con hebillas tampoco aciertan con la seriedad del evento.
5. Chistera y guantes. Si no se está familiarizado con su vestimenta mejor dejarlos en casa o esperar al próximo Ascot. Son muy pocas las celebraciones donde se ve una acertada utilización de ambos complementos.
6. Tirantes. Los conjuntos formales o semi-formales – frac, chaqué y esmoquin – se visten con tirantes, de ahí que lo normal sea no encontrar en el pantalón pasadores para el cinturón. Su color es relativamente importante pues quedarán ocultos tras el chaleco y la levita. El azul marino es un tono seguro. Las lanzaderas de piel consiguen mejor efecto estético que las clásicas pinzas metálicas.
7. Pañuelo de bolsillo. Es importante evitar que el pañuelo sea idéntico en color y/o dibujo que la corbata; daría como resultado un conjunto demasiado recargado y buscado. El color blanco es la mejor opción pues combina muy bien con el negro de la levita. Mostrarlo de manera paralelo a la costura del bolsillo suele ser lo más seguro. Si los extremos del pañuelo han sido cosidos a mano muéstrense sobrepuestos. No obstante, si se prefiere, se puede introducir el pañuelo de manera desalineada consiguiendo un resultado menos forzado que de experimentar con formas demasiado estudiadas.
8. Camisa. Aunque la camisa blanca es siempre correcta, mejor probar con una camisa de rayas azules y blancas. Si se quiere imprimir un toque especial se puede optar por una camisa con cuello blanco. En este caso los puños deberán ser del mismo estampado que el cuerpo de la camisa. Gemelos mejor que puño sencillo.
9. Corbata. De corte clásico y color no estridente. Los tonos azul marino con algún pequeño dibujo son elección segura. El nudo sencillo combina mejor con el aire del chaqué que el conocido como Windsor.
10. Flor en el ojal. Menos, es más. Dicho esto, si se quiere lucir una flor hágase correctamente. El rabillo debe introducirse por el ojal quedando solo a la vista la flor. El rabillo, por su parte, descansará en la parte interior de la solapa en el pasador cosido para tal efecto.
El Aristócrata
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