martes, 28 de enero de 2020

SER EDUCADO NO ES SER MACHISTA



Con el día de los enamorados celebrado el mes que se acaba de marchar pararse a pensar en el verdadero significado de este día no debería ser tiempo perdido. 

No hace tanto tiempo ropa y complementos echaban una mano cuando de mostrar respeto y galantería se trataba. Eran tiempos en los que el pañuelo de bolsillo podía servir para borrar un rimen corrido, y ayudar a ponerse sobre los hombros un largo abrigo permitía a las señoras no tener que desprenderse de su bolso. 
Asistir con el abrigo o en la mesa con una chaqueta que ya sobra son detalles de convivencia que no deberían ser malinterpretados. Creo que hoy todos somos conscientes de que la mujer se vale por si sola para todo esto, por ello estos gestos no deberían ser percibidos como machistas sino simplemente de mera educación. 

Si antes descubrirse ante ellas era un gesto de lo más habitual y volver a cubrirse una obligación si así ella lo indicaba, hoy llevar el hombre el paraguas evitando que ella se moje, aun cuando eso signifique que seamos nosotros quienes suframos parcialmente el chaparrón es, nuevamente, solo una muestra de cordialidad.  
Gestos tan básicos como ayudar con las bolsas, ceder el paso o abrir una puerta no tienen por qué ser considerados gestos de falocracia, sino solo de respeto y buenas maneras. Si servir en la mesa comida, agua o vino al resto de comensales es una muestra de cortesía, hacerlo a ellas primero mantiene en vigor esas reglas que nos diferencian del resto de la fauna animal. 

Caminar por la acera por el sitio más cercano a la carretera no te convertirá en mejor persona, pero sí al menos en alguien conocedor de las pautas más básicas de decoro. De ser dos hombres y una mujer los que pasean, el sitio central debería quedarle reservado a esta última. En definitiva, infinidad de gestos con los que mostrar nuestra disposición a servir o ayudar. 
Cierto que por protocolo la vestimenta en muchos actos la dicta el hombre, de ahí que en las invitaciones se indique el conjunto esperado en él: esmoquin, traje oscuro etc. Y teniendo esto en cuenta la mujer escoge el suyo. Sin embargo, son infinidad de ocasiones en las que no se apunta nada y cada uno elige la ropa que cree más conveniente, fallando casi siempre el hombre por no estar a la altura de su pareja. Si vemos que ella invierte su tiempo en arreglarse hagamos nosotros lo propio. 

¿Cuántas veces vemos parejas en las que ella brilla con luz propia y él parece estar totalmente fuera de contexto? ¿Cuántas fotos donde él parece más ser un fan que se acerca a la estrella pidiendo fotografiarse a su lado que no de hecho su pareja? Si ella ha ido a la peluquería qué menos que nosotros nos afeitemos. Si ella elige un vestido largo no parece lógico obviarlo y vestir el primer conjunto con el que nos sentamos cómodos. Un alto tacón exige un zapato de cordones, un conjunto de cóctel al menos corbata, un elegante abrigo uno largo en nosotros. Esto no es ser anticuado, es sólo sentido común. 
En tiempos convulsos como los que vivimos, hoy más que nunca se antoja necesario volver sobre los guiños más básicos de galantería y no dudar en ponerlos en práctica. Recordemos que el día de los enamorados es mucho más que un bonito regalo. 

Abrir la puerta del coche, acercarla a la entrada de nuestro destino para luego nosotros ir a aparcar o volver sobre aquel mandamiento de ser nosotros los que corramos con la cuenta no son actos a olvidar sino a tener hoy más que nunca presentes. 
Enamorados o no, ofrecer nuestro brazo bajando las escaleras, acercar la silla cuando vayan a sentarse en la mesa, levantarnos cuando ellas se excusen… lejos de ser actos cursis son actos de cortesía y mera urbanidad. 

El Aristócrata

lunes, 6 de enero de 2020

LAS CLAVES DE UN BUEN CHAQUETA



Sea porque estemos en plena temporada de bodas o porque es de este conjunto del que más recibo últimamente consultas, puede ser un buen momento esta semana repasar de manera rápida las claves de un buen chaqué: 

1. Atuendo padrino y testigos. El novio es el protagonista. Por ello, si este decide casarse con un traje estándar ni padrino ni testigos deberán vestir de chaqué. Igualmente, si el novio escogiera chaqué estos deberían acompañarle también con él, pero con un chaleco de diferente color. 

2. Cuidado si es alquilado. Si solo se va a vestir ese día resulta comprensible alquilarlo. No obstante, de ser este el caso es aconsejable cambiar el chaleco negro que suele venir en el “pack” de alquiler por uno de color. Cómprese en versión cruzada y con los botones madre perla y el conjunto adquirirá un aire especial disimulando además la procedencia del resto de las piezas. El ser el chaqué un conjunto de tres piezas se permite dejar la levita desbotonada cobrando el chaleco gran protagonismo.
3. Color. Aunque las modas lleven a escaparates chaqués en color azul marino o en estampados diplomáticos, el chaqué más elegante, y correcto, sigue siendo el clásico de levita negro y pantalón a rayas negras y grises. De celebrarse por la mañana, se admite el chaqué gris. En este caso todo el conjunto, levita, chaleco y pantalón, deben ser exactamente del mismo tejido y color.

4. Los zapatos. Solo las botas balmoral y los Oxford lisos son adecuados con este conjunto. El negro, color para los eventos más formales, resulta la mejor opción más apropiada. De escoger los Oxford se podría incorporar una pequeña costura en la puntera. Los modelos semi y full brogue mejor reservarlos para actos menos serios. Los zapatos con hebillas tampoco aciertan con la seriedad del evento.
5. Chistera y guantes. Si no se está familiarizado con su vestimenta mejor dejarlos en casa o esperar al próximo Ascot. Son muy pocas las celebraciones donde se ve una acertada utilización de ambos complementos. 

6. Tirantes. Los conjuntos formales o semi-formales – frac, chaqué y esmoquin – se visten con tirantes, de ahí que lo normal sea no encontrar en el pantalón pasadores para el cinturón. Su color es relativamente importante pues quedarán ocultos tras el chaleco y la levita. El azul marino es un tono seguro. Las lanzaderas de piel consiguen mejor efecto estético que las clásicas pinzas metálicas. 
7. Pañuelo de bolsillo. Es importante evitar que el pañuelo sea idéntico en color y/o dibujo que la corbata; daría como resultado un conjunto demasiado recargado y buscado. El color blanco es la mejor opción pues combina muy bien con el negro de la levita. Mostrarlo de manera paralelo a la costura del bolsillo suele ser lo más seguro. Si los extremos del pañuelo han sido cosidos a mano muéstrense sobrepuestos. No obstante, si se prefiere, se puede introducir el pañuelo de manera desalineada consiguiendo un resultado menos forzado que de experimentar con formas demasiado estudiadas. 

8. Camisa. Aunque la camisa blanca es siempre correcta, mejor probar con una camisa de rayas azules y blancas. Si se quiere imprimir un toque especial se puede optar por una camisa con cuello blanco. En este caso los puños deberán ser del mismo estampado que el cuerpo de la camisa. Gemelos mejor que puño sencillo. 

9. Corbata. De corte clásico y color no estridente. Los tonos azul marino con algún pequeño dibujo son elección segura. El nudo sencillo combina mejor con el aire del chaqué que el conocido como Windsor. 

10. Flor en el ojal. Menos, es más. Dicho esto, si se quiere lucir una flor hágase correctamente. El rabillo debe introducirse por el ojal quedando solo a la vista la flor. El rabillo, por su parte, descansará en la parte interior de la solapa en el pasador cosido para tal efecto.

El Aristócrata