lunes, 13 de febrero de 2017

THE GREATEST 10 SHOEMAKERS FROM THE 21st CENTURY



En un momento donde la artesanía se valora como nunca antes, múltiples comercios y marcas ofrecen zapatos “a medida”. Sin embargo, son muy pocos los que hacen zapatos verdaderamente excepcionales, cosidos a mano y confeccionados atendiendo únicamente a las medidas de cada uno de los pies y no, como suele ocurrir, siguiendo unas hormas más o menos estándares. 

El diseño de unas líneas únicas, la realización por un hormero de unas hormas de madera, extraídas en su totalidad partiendo de un bloque de madera, y el cosido y montado sobre ellas de todo el zapato es otra cosa muy diferente. La perfección hoy alcanzada tanto en el diseño como en la ejecución de zapatos a medida de algunos zapateros artesanos, zapateros que mantienen la técnica de siglos pasados, pone a disposición de sibaritas de medio mundo zapatos nunca antes vistos. Tras dejarnos recientemente Riccardo Bestetti, cabe hacer un pequeño homenaje en este artículo a los diez grandes artesanos del S. XXI que destacan por la exquisitez de sus creaciones. 

1. George Cleverley
Definidos por el actor Jason Statham como “los mejores zapatos del Planeta”, por sus manos pasaron los pies de Winston Churchill, Gary Cooper, Clark Gable y Humphrey Bogart. Hoy, George Glasgow, y su hijo el director creativo George Glasgow junior, siguen ofreciendo zapatos a medida estando esta casa considerada como una de las más reputadas del mundo. A su línea bespoke, caracterizada por líneas clásicas inglesas, sumaron hace algunos años otra de confección más económica. 

2. John Lobb Bootmaker
Es importante no confundir esta mítica casa londinense artesanal con los zapatos industriales que también bajo el nombre de John Lobb comercializa el grupo Hermes por medio mundo. Con dos distinciones Reales, la casa más mítica de zapatería artesanal – abrió sus puertas en 1866 - ha resistido dos guerras mundiales y cinco bombardeos. En sus estancias han desnudado los pies Enrico Caruso, Dean Martin, Aristotle Onassis y el Príncipe Carlos. Hoy Jonathan Lobb, quinta generación de Lobb, sigue cosiendo desde el histórico número 9 de St. James Street únicamente zapatos a medida. 

3. Foster & Son
Casa británica fundada en 1840 es de las pocas zapaterías históricas que puede presumir de seguir en manos privadas. Sus zapatos de sport a medida le otorgaron fama mundial entre elegantes consagrados como Clark Gable. Sus botas altas a medida son objeto de culto y los doce meses de espera un requisito ineludible para poder presumir de contar con uno de sus modelos bespoke. Fiel al estilo más “brithish” del West End hoy hace tanto zapatos a medida como de confección.

4. Anthony Delos
Formado en las filas de John Lobb, Anthony Delos deja en 2012 su carrera de zapatero independiente para unirse a las filas de la casa francesa Berluti y convertirse en responsable de sus nuevas hormas, la formación de jóvenes aprendices y la toma de medidas al nuevo cliente ruso, árabe y japonés. A pesar de su agenda de viajes, todavía hoy sigue haciendo un par de zapatos al mes; zapatos por los que se permite el lujo de cobrar cifras de cinco dígitos y estar considerado como uno de los mejores hormeros del mundo. 

5. Hidetaka Fukaya
Mientras los británicos Johnatann Lobb o Jon Spencer son reconocidos por dar vida a zapatos clásicos y con un gran contenido artesanal, Il Micio, apodo como se conoce a este joven japonés, se centra en conseguir zapatos que destacan además de por su calidad artesanal también por su rompedor diseño; diseño donde unas afiladas punteras dejan claro quien está detrás de su creación. Afincado en Florencia aprendió el oficio de Alessandro Stella y hoy sus doble hebilla, sus botas balmoral y sus mocasines son todo un objeto de deseo entre los nuevos dandis.  

6. Benjamin Klemann
Sus zapatos representan la unión de los dos métodos artesanos más longevos y reconocidos de la zapatería a medida: el inglés y el húngaro. De hecho, sus modelos Oxfords son muy similares a los británicos y sus Derbys tienen el aspecto algo armado y basto de la zapatería húngara. Aprendió el oficio bajo las órdenes del húngaro Julius Harai para continuar formándose en Londres con Eric Lobb - John Lobb - y con Terry Moore - Foster & Son -. Hoy en su taller de Hamburgo solo se confeccionan zapatos a medida. Si bien estos no cuentan con el cuidado diseño de los de sus colegas italianos o franceses, sí ofrecen una enorme calidad y una estética atemporal. 

7. Nicholas Templeman
Es uno de los principales representante de la más pura tradición del West End londinense donde la horma, el montado y el cosido se hace todo a mano y solo el cosido de los cortes a máquina. Trabajó para John Lobb siete años especializándose en la realización de las hormas, siguiendo la misma técnica de quinientos atrás, extrayéndolas de una especie de bloque de madera, todavía alejado de la horma final - hoy lo normal es retocar hormas tipo, algo que resta autenticidad al zapato final. Su sensibilidad con el diseño, es licenciado en arte, consigue zapatos de preciosa factura. En contra de lo que es frecuente, Nicholas realiza la práctica totalidad del zapato lo que le obliga a una producción limitada pero muy demandada.  

8. Yohei Fukuda
Japón es junto Italia y Francia el país donde la zapatería ha alcanzando mayores cuotas de belleza. Yohei, con solo 35 años, ya ha trabajado para dos grandes nombres de la zapatería a medida de Londres: Edward Green y Cleverly. La línea conservadora de ambas casas inglesas le animó a abrir su propio taller en Tokio en 2007 y centrarse en líneas más atrevidas. Solo sus manos y las de un joven aprendiz son las responsables de dar vida a sus sesenta pares anuales. A diferencia de otros zapateros artesanales, el zapato de prueba Yohei lo hace con la misma piel que el zapato final montando este solo cuando el cliente está conforme con todas las medidas. 

9. Masaru Okuyama
Después de graduarse en arte, este joven japonés  – 40 años – pasó unos años en el mundo de la joyería hasta que llamó a la puerta de la escuela de zapatería de Tokio. Tras dos años de formación se subió a un avión que aterrizó en Paris donde, tras no ser aceptado por ninguno de los grandes zapateros, empezó a realizar zapatos en el garaje de su casa. El amor le condujo a Hong-Kong habilitando el balcón de su nueva casa para perseguir su sueño. Hoy el hecho de que solo trabaje la línea a medida y que sus zapatos combinen la elegancia francesa con la simplicidad inglesa le han valido un reconocimiento impensable para un zapatero “hecho a sí mismo”.

10. Stephane Jimenez
Este francés formado durante siete años en la conocida organización francesa Compagnons du Tour de France, pasó por las filas de John Lobb Paris y de Stefano Bemer antes de abrir su propio taller. Hoy ayudado solo por su mujer trabaja solo “under appoitment” un número clausus de quince zapatos al año, algo que obliga al cliente a tener que encargar sus zapatos con años de antelación. La perfilada punta de sus zapatos recuerda en cierta medida a la de su maestro florentino. 

El Aristócrata

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