Hay gente que presume de no haber vestido unos vaqueros en su vida. Aunque el número de ellos sea mucho menor del que lo proclama, haberlos haylos.
Si bien estos no han sucumbido al marketing que ha utilizado a los rebeldes del cine para promocionarlos, tampoco lo ha hecho a su versatilidad y a su sex-appeal . Debido a la gran resistencia de su tejido, proveniente de las lonas de las tiendas de campaña, los denim, en sus inicios de color marrón, se popularizaron rápidamente entre trabajadores manuales, mineros y agricultores. Sus amplios y fuertes bolsillos permitían guardar en ellos minerales y utensilios de trabajo. También los marineros de la armada genovesa escogieron como parte fundamental de su vestuario este pantalón todo uso que lavaban arrastrándolo en sus redes, práctica que los terminaba volviendo blancos.
“Me gustaría haber inventado los jeans. Son expresión de modestia, sexo y simplicidad, todo lo que espero sea mi ropa”. Yves Saint Laurent. Aunque marcas como Levi Strauss, Lee o Wrangler estarán siempre unidas a la mitología del denin, lo cierto es que, puristas al margen, hoy hay modelos menos icónicos pero de corte más actual. De buscar un look rebelde, casas como Dolce & Gabbana, Dsquared o Philipp Plein son opciones a considerar. Si por el contrario, lo que se persigue es un pantalón más comedido y de aspecto más clásico, Tramarossa y Jacob Cohen son alternativas interesantes. En España además tenemos la suerte de contar con uno de los pocos sastres artesanales europeos especializados en la confección de vaqueros a medida: Fernando García de la Calera.
¿Qué vaquero escoger?. Pensemos en nuestra edad y no vistamos como quienes tienen veinte años menos. Se escoja un estilo clásico o moderno, lo importante es que nuestro vaquero armonice bien con el resto de las prendas del conjunto. Dichas prendas pueden conseguir que un mismo vaquero mande un mensaje de conjunto formal o de sport. Y en este punto los zapatos juegan un papel fundamental. De combinar unos denim de corte más o menos clásico con unos mocasines ingleses o unos Oxford semi-brogue marrones el resultado será un conjunto serio.
Por el contrario, de elegir unas modernas zapatillas estos mismos pantalones cobrarán una imagen mucho más casual. Algo similar ocurrirá con el resto de prendas. De hecho, la imagen de ese mismo vaquero acompañando a una camiseta de diseño o a una camisa de manga larga será también totalmente diferente.
¿Qué tejidos son los más especiales? A pesar de apenas prestar atención al algodón del vaquero, las telas vaqueras varían tanto como hace la propia lana. Si años atrás fue la localidad guipuzcoana Bergara donde se hilvanaban, tejían y teñían una de las mejores telas vaqueras, hoy son Japón e Italia los responsables de los tejidos vaqueros Premium. Tengamos en cuenta el número de onzas del algodón del vaquero pues será responsable tanto de su peso, su rigidez y el aspecto con el que envejecerá.
¿Se puede ser elegante vistiendo vaqueros? Por supuesto que se puede. Un conjunto formado por un bonito vaquero, unos buenos zapatos de cordones, una camisa tipo Tattersall, un jersey de pico y una chaqueta de Tweed es más elegante que la mayoría de combinaciones de tiempo libre que hoy vemos. De la misma manera, unos modernos vaqueros pueden combinar hasta con una chaqueta cruzada si se tiene cierto estilo innato. Como muchas otras prendas, todo depende del momento y lugar en que se vistan. Respecto a los colores, aunque el azul parece seguir siendo el auténtico protagonista, encontramos una paleta de tonos de lo más amplia. Evítense los colores chillones, algo que por otro lado aplica a todos los pantalones, y escójase un cinturón que combine en color y estilo con el vaquero elegido.
ZAPATOS DE OTOÑO
Ya estamos en pleno otoño, la estación más placentera del año y seguramente la más interesante en lo referente al vestir. Solo la primavera se acerca a ella en número de colores y tejidos con los que disfrutar de la climatología de la temporada. Aunque cada año el salto del verano al invierno es más brusco, sin semanas de entretiempo de por medio, todavía disfrutamos de algunos días de clima templado donde alegrarse con chaquetas de Tweed, gabardinas y múltiples conjuntos de otoño.
Aunque pronto tanto para los abrigos de lana cruzados como para las franelas es el momento perfecto para vestir los modelos de zapatos más otoñales. Independientemente de la estación en la que nos encontremos, los zapatos son, y serán, la prenda que sentencia lo acertado o erróneo del conjunto.
Descansando ya el armario los gomminos y las alpargatas más veraniegas y en espera de la llegada del frío los más duros y armados, es el momento de pasear los zapatos de ante, los botines y nuestros full-borgues preferidos de suela de goma. El tratamiento que se hace a la piel de ante convierten estos zapatos en modelos muy suaves y blandos. Dependiendo del look que busquemos toca escoger entre diferentes modelos y tonos de marrón. Desde el más informal mocasín hasta el más formal Oxford, la vestimenta de esta piel está hoy muy aceptada, siendo particularmente bienvenida en Italia país donde incluso se visten estos zapatos con traje.
Cuando Eduardo VIII, en su afán de marcar su personalidad a través de sus atrevidas combinaciones, escogía para sus trajes de franela cruzados unos Oxford de ante semi-brogue, nadie se imaginaba que más de cincuenta años después sus zapatos se vestirían con la normalidad que hoy se hace. Aunque no debería extrañarnos que los zapatos de piel vuelta con traje no fueran vistos con buenos ojos en ciertos ambientes, los más relajados y estilosos seguro que aceptan, y de buen grado, la combinación de traje azul marino y oxfords de ante marrón oscuro.
Un modelo de piel vuelta particularmente agradecido con estos trajes azul marino, también con el gris marengo, es el doble hebilla. La informalidad de la hebilla acierta muy bien con el mensaje relajado del ante. Incluso casas tan tradicionales como la hoy francesa John Lobb – grupo Hermes – incorporan ya a su catálogo modelos que como el Chapel pueden vestirse tanto con traje como con jeans.
Respecto a los colores a escoger sigue siendo importante saber si nuestra intención es vestir estos zapatos con traje o de manera sport. El ante es ya de por sí una piel suficientemente informal como para escogerla además de una marrón claro. Si bien este tono puede quedar muy estiloso con un conjunto casual, con traje es mejor optar por una tonalidad oscura. Algo similar ocurre con los modelos entre los que escoger.
De hecho el modelo Oxford sigue siendo el que mejor armoniza con el traje y tanto su modalidad lisa como semi-brogue resultan acertadas. Por su parte, el full-brogue, aún pudiendo ser un zapato muy especial, su uso debe reservarse a los trajes– como el otoñal de Tweed – y a los conjuntos de campo y de tiempo libre. Otros zapatos muy acertados con las temperaturas y características del otoño son los botines. Cubriendo poco más allá del tobillo son idóneos en el periodo otoñal. Las atemporales y elegantes botas balmoral así como las conocidas como botas Chelsea son más apropiadas de vestir una vez llegado el frio más intenso.
Hasta no hace tanto, la única opción que se barajaba para la suela de los zapatos de ciudad era la piel. Sin embargo, en otoño las lluvias hacen su presencia y convierten las aceras en todo un peligro para el peatón. Si bien es cierto que las suelas de goma de antaño eran tan gruesas y bastas como para solo tener sentido en los zapatos más rurales, hoy existen zapatos con suela de goma que de no darles la vuelta difícil sería averiguar si esta es de piel o de goma.
Aunque el exceso de agua no es bueno para ningún tipo de piel, incluida la suela, quienes busquen el aspecto más serio de su conjunto deberán seguir optando únicamente por las suela de piel. Estos, para no resbalar, sí deberán añadir en la mitad de la suela y en el talón un inserto de goma (en el Reino Unido este añadido se ofrece prácticamente en todas las zapaterías).
Por su lado, los que opten por la suela de caucho encontrarán diferentes terminaciones – desde la típica suela similar a la de las botas militares hasta otras mucho más sutiles y finas– disfrutando además de un confort muy superior al que proporciona cualquier suela de piel. No obstante, incluso las más finas y elegantes suelas de goma son convenientes reservarlas para los conjuntos menos vestidos.
El agua también perjudica la piel del zapato por lo que de sorprendernos esta desprevenidos debiéramos intentar secarlos a la mayor brevedad posible. De encontrarnos ya en casa aprovechemos para introducir en ellos papel de periódico hasta asegurarnos de que estén completamente secos. Unas hormas de madera son igual de válidas. Eso sí, evitemos secarlos cerca del radiador pues si bien secarán antes, la piel terminará resquebrajándose. Aunque aquí no están muy extendidas, existen fundas de goma que protegen los zapatos de la lluvia y de ese agua que traicioneramente sale despedida de azulejos mal pavimentados.
El Aristócrata