¿Nos hemos preguntado por qué ya no vestimos trajes cruzados?. ¿Será porque a pesar de ser el más estiloso lo seguimos relacionando con la vestimenta clásica o pasada de moda?.
Pues bien, a todos aquellos que sigan pensando así decirles que el traje cruzado es hoy, más que nunca, la pieza más actual y moderna del ropero del hombre. Bastará echar un vistazo a esa feria de los horrores y las maravillas, la feria del Pitti Uomo, para observar como los mejor vestidos lo hacen con trajes y chaquetas cruzadas. Tengamos en cuenta las siguientes claves y no nos equivocaremos en su elección:
1- Visita al sastre. La oferta de trajes cruzados de confección es muy escasa y difícilmente encontraremos el que nos gusta. De tener suerte, la probabilidad de que nos quede bien o nos convenzan, por ejemplo, su ancho de solapa, distribución de botones, altura de pico etc. serán escasas.
2- El estampado. Precisamente de acudir al sastre podremos escoger entre infinidad de tejidos y estampados. Pocas cosas hay más elegantes, y versátiles, que un buen traje azul marino cruzado. El estampado diplomático resulta siempre favorecedor, sobre todo en las personas de contenida estatura o con algún kilo de más. Siempre podemos atrevernos con dibujos como el Príncipe de Gales o el cuadro ventana.
3- Conoce tu cuerpo. El traje cruzado queda particularmente elegante en las personas altas y atléticas. Sin embargo, también las personas bajas pueden disfrutar de él. Para ello, deberán jugar con el número de botones frontales y con la altura de los bolsillos e incluso de las solapas. El corte del traje cruzado y sus anchas solapas acentúan los hombros consiguiéndose una chaqueta cuya línea nos recuerda a la de una copa de Martini- ancha arriba y con una cintura muy marcada. Si tenemos unos kilos de más, este es también nuestro traje.
4- Tipos de chaquetas. 6×2, 6×4, 4×2… donde el primer número hace referencia al número total de botones y el segundo a los que se pueden abotonar. Tengamos en cuenta que a mayor número de botones menor será la parte que se vea de la camisa. Debido a ello, los amantes de la corbata de lazo encuentran en esta chaqueta un buen aliado. De ser de estatura normal o alta, mejor el corte 6x2 o 6x4, y de ser más bajo 4x2 o incluso 2x1. Un botón extra interior impedirá que la chaqueta baile.
5- Las solapas. Solo pueden ser de pico. La única chaqueta cruzada que admite solapas redondeadas es la del esmoquin. En ambos lados aparecerá cosido un ojal.
6- Aberturas. Mejor dos a los lados. Además de por su aspecto estético, dichas aberturas se antojan necesarias para al sentarnos evitar que la chaqueta se vuelque o resulte incómodo permanecer con ella puesta. Nuevamente y precisamente porque se pensó para permanecer todo el tiempo de pie, la chaqueta cruzada del esmoquin no cuenta con dichas aberturas.
7- Siempre abotonada. Si bien, a excepción de los tres piezas, toda chaqueta debería permanecer siempre abotonada, en el caso de la cruzada es algo más que una obligación. Es cuestión de estética y elegancia.
8- El corte del pantalón. Fundamental que transmita imagen de equilibrio y proporción. Según sea la hechura de la chaqueta así debería ser la del pantalón. Es decir, si la chaqueta es holgada también debería serlo el pantalón y si es entallada asegurémonos que el pantalón sigue su mismo estilo.
9- Con pinzas. Aunque cada vez se estilan más los pantalones de traje sin pinzas, el traje cruzado resulta más formal que el de hilera sencilla y por tanto una o dos pinzas resultan aconsejables.
10- Con vuelta. A pesar de que los más puristas británicos no estarán de acuerdo, la vuelta aporta el estiloso broche final que reclama este conjunto.
El Aristócrata