lunes, 28 de agosto de 2017

TELAS SÚPER 100´s, 180´s, 220´s… ¿CUÁL ES MEJOR?



¿Un traje súper 220s es mejor que uno súper 100s? No tiene por qué, depende. 

Pero vayamos por partes. La designación “súper” se utiliza para clasificar las lanas súper finas, de ahí su nombre, y sirve para definir la finura de las fibras de la lana cuyo grosor se mide en micras. La micra es la millonésima parte del metro, es decir, encontramos 1000 micras en un milímetro. Para entendernos, una lana súper 80’s cuenta con 19.75 µm mientras que una súper 220´s tiene 12.75 µm, es decir, se trata esta última de una lana más fina. 
Sin embargo, como veremos más adelante, no por tener un dígito mayor y ser más fina la tela la prenda tiene que ser mejor. Tampoco el tacto de la tela debería ser definitivo para decantarnos por una u otra. El tacto de los tejidos no viene solo dado por la finura de la fibra sino también por una serie de procesos donde se interviene la tela buscando un tacto concreto; de ahí que haya telas súper 100s con un mejor tacto que telas 120s. Tengamos en cuenta que si bien la oveja merino es famosa por producir una de las lanas más finas del mundo, esta aparece frecuentemente mezclada con fibras de cachemira, angora, mohair, seda etc. dando lugar a texturas muy diferentes. Por ello, no se deje engañar por su vendedor y antes de escoger su tela decida para qué quiere el traje y el uso al que lo destinará. 

Entonces, ¿las lanas más finas no son mejores que las gruesas? A pesar de que los telares más prestigiosos del mundo sigan otorgando premios a los criadores que obtienen los fardos de lana más finos, la realidad es que el significado de la palabra “mejor” puede encontrar respuestas enfrentadas. Si por “mejor” entendemos suavidad, efectivamente las telas súper 150s, y superiores, serán las “mejores”. Pero si para nosotros la mejor tela es la más resistente, duradera y la que nos permite un uso frecuente de la prenda, las telas súper 120s y superiores apenas nos interesarán. 
Tengamos en cuenta que las lanas más finas suelen utilizarse para hacer tejidos muy ligeros los cuales a su vez se usan para confeccionar prendas muy frescas y nada pesadas, normalmente telas de no más de 280 gramos de peso. Por ello, estas telas tan finas demandan un cuidado que probablemente no podamos ofrecerles. Las chaquetas y trajes confeccionados con estas lanas no admiten de buen grado la limpieza en seco – puede incluso deformar la prenda -, son más frágiles que las pesadas, se arrugan con gran facilidad y su vida útil es relativamente corta. Normalmente estas telas son bastante caras y no se encuentran fácilmente en los trajes de confección. De acudir al sastre, algo siempre recomendable, busquemos uno experimentado y capaz de controlar tanto el nervio de estos tejidos como la complejidad que conlleva conseguir unas puntadas regulares en un tejido que no parará de resbalar al contacto con la aguja.
Por todo esto, es el uso, y no la tela, lo que debería mover nuestra elección hacia uno u otro tejido. Si vive en clima tropical seguro que el lino se convierte en su inseparable compañero y si lo hace en el campo rodeado de lluvia y frío lo será el Harris Tweed. Si lo que busca es una chaqueta de viaje con la que afrontar largos trayectos y asistir al llegar a su destino a una reunión sin visibles arrugas se decantará por lanas compactas, es decir, no superiores a súper 100s. Aunque ciertos telares, principalmente italianos, sigan compitiendo por ofrecer a sus clientes las lanas más finas del mercado no se deje llevar por estrategias de marketing ni por vendedores mal informados. La mejor tela es la que más se adecue al uso al que la vaya a destinar la prenda. 

El Aristócrata

lunes, 14 de agosto de 2017

LOS 8 MANDAMIENTOS DEL LINO



Si en invierno las franelas, las lanas y los tejidos de Tweed hacían las delicias del hombre, en esta nueva temporada son las alpacas, las sedas y, en general, las conocidas como lanas frías las que conquistarán su armario. No obstante, a pesar de todas las opciones entre las que podrá elegir, serán las prendas de lino con su particular frescura, ligereza y desenfado, las que se ganarán más su aprobación.

El lino es una planta herbácea cuya fibra vegetal, al igual que la del algodón, está compuesta principalmente por celulosa, siendo dos de sus principales características su excelente condición para conducir el calor y su facilidad para absorber la humedad. Su cultivo se remonta al S. IV a. C. en Egipto, país donde desde entonces los tallos de esta planta son utilizados para confeccionar sus famosas telas. 
Aunque hasta el  S. XVIII el lino era en Europa la fibra textil más extendida junto a la lana, hoy, si bien sigue siendo popular para ropa del hogar, su uso en la calle es prácticamente testimonial. Sin embargo, todavía hoy resulta difícil encontrar un tejido mejor para protegernos de las elevadas temperaturas con la elegancia y al estilo de este. Sin embargo, hay una serie de normas a las que se debería intentar prestar atención para disfrutar de este tejido en todo su esplendor. 

1. En la arruga radica su magia
El que este tejido produzca numerosas y visibles arrugas le ha hecho ganarse un número importante tanto de detractores como de defensores. No obstante, si hay una característica que diferencia a esta tela y que sitúa al lino como uno de los tejidos más estilosos esa es su famosa arruga. De hecho, hay pocos tejidos que sean más bellos tras un largo día de uso que justo después de haber sido planchados. Por ello, no nos obsesionemos en mantener a “raya” a sus arrugas y disfrutemos de su gran encanto.  
2. Siempre mejor si se trata de lino 100%
Como norma general deberemos buscar tejidos cuya composición sea lino 100%. El hecho de que estos tejidos no sean particularmente baratos hace que aparezca mezclado con otras fibras, muchas veces incluso con fibras sintéticas. Dicho esto, también hay que tener en cuenta que la ligereza de este tejido hace que sus camisas puedan llegar a transparentarse e incluso que sus marcadas arrugas no combinen acertadamente con un serio traje. Bastará con buscar telas de lino donde aparezca mezclado con algodón o seda para conservar su encanto y además hacerlo retrasando la formación de las “temibles” arrugas.

3. Sus trajes son intemporales
Aunque cada vez sea menos frecuente verlos por las calles o incluso en los sitios de recreo, los trajes de lino han sido durante años la primera opción del hombre más estiloso y elegante. Bastará con repasar las fotos de los serios caballeros ingleses descansando en sus ex colonias para comprobar la gran aceptación que ya tenía este tejido hace más de cien años. Escogiendo un traje de lino desarmado de un color crema o de un azul claro de verano además de demostrar nuestro conocimiento de las normas básicas de la vestimenta masculina también conseguiremos una frescura y una comodidad imposible de conseguir con cualquier otro material.
4. Combinando el traje de lino
En repetidas ocasiones hemos mencionado tanto la importancia de transmitir a nuestra ropa las particularidades de cada estación del año como la necesidad de mezclar correctamente los tejidos de las diferentes prendas del conjunto. Si escogiendo colores alegres y suaves pondremos de manifiesto que nos encontramos en verano, combinando nuestro traje con una camisa de lino, a rayas o lisa, y con una corbata de punto de seda demostraremos nuestro buen gusto.

5. Los zapatos y el traje de lino
Una de las prendas que menos ha calado en el ropero del hombre han sido los zapatos de verano de traje. Esto es así debido principalmente a que estos modelos carecen de la elegancia de los de invierno. No obstante, si bien es cierto que aún a pesar de las altas temperaturas no queda otra que seguir apostando por zapatos de cordones, intentemos dar entrada a colores más veraniegos. 
En verano, a no ser que se trate de un acto muy formal, carece de sentido apostar por zapatos negros. Los marrones claros, de acertar en la combinación con nuestro traje, pueden llegar a ser el perfecto aliado. Igualmente, los zapatos a dos pieles o a dos colores siguen siendo una opción a considerar. Y, por supuesto, no debemos olvidar que aunque estemos en verano cuando se vista de traje los calcetines son de todo punto obligatorios.  

6. Las camisas de sport. Más allá del blanco liso 
Sin lugar a dudas la reina del verano es la camisa blanca de lino. Su estilo desenfadado así como las múltiples opciones de diseños entre los que elegir la han hecho ganarse por méritos propios esta designación. No obstante, hoy tenemos otros colores como el azul claro, el azul vaquero, el crema, el crudo o el salmón que son opciones igual de válidas. Bastará con jugar con algún dibujo, un tipo de puño, un cuello Mao, uno abierto sin botones o una semi-botonadura para introducir nuestro toque personal. Como ocurre cuando vestimos cualquier otro tipo de camisa, siempre resultará más elegante remangarse una camisa de manga larga que apostar por una de manga corta. 
7. El lino y las chaquetas de sport
Las chaquetas de sport de lino tienen la enorme ventaja de además de imprimir a nuestro conjunto más informal, como el que se hace acompañar de unos vaqueros, un toque de seriedad, también un estilo difícil de conseguir sin ella. Bastará con rematar este conjunto con unos gominos de calidad para dar con el conjunto perfecto. 

Si en los trajes de lino las opciones de telas de las que disponemos no son muy extensas, siendo principalmente todas ellas lisas, las que se ponen a disposición de las chaquetas de sport son muy numerosas. Diseños lisos, pero también mil rayas y cuadros ventana, son solo algunos entre los que poder escoger. Igualmente, la paleta de colores aumenta y los lilas, rojos mate y verdes oscuros se apoderan de las divertidas noches de verano.
8. Total lino look 
La transpirabilidad, ligereza, comodidad y desenfado de esta tela anima a disfrutarla en los conjuntos más informales y apostar por un conjunto todo en lino. Si la informalidad de este atuendo lo sitúa acertadamente alejado del ámbito urbano, el conjunto formado por un pantalón y una camisa, ambos en lino blanco, sigue siendo una opción de lo más interesante para disfrutar de las apasionantes terrazas al borde del mar. Escojamos unas modernas alpargatas y llegado el momento no dudemos en descalzarnos para disfrutar en compañía de un relajado paseo por la orilla del mar. 

El Aristócrata