Mostrando entradas con la etiqueta Elegancia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Elegancia. Mostrar todas las entradas

lunes, 5 de junio de 2017

CINCO ELEGANTES CONTEMPORÁNEOS



Como continuación del artículo anterior, esta semana he intentado reflexionar sobre la petición de algunos de vosotros de intentar encontrar hombres en vida igual de elegantes que los nombrados la semana pasada. Mentiría si dijera que ha resultado una tarea sencilla al ocupar hoy el buen vestir un lugar mucho menos destacado que entonces. No obstante, con el firme propósito de encontrar 5 nombres me senté hoy a escribir. Tras dar con cuatro de ellos he preferido que el quinto lo sugiráis vosotros y que el más nombrado pase a ser ese quinto. 

Si en el S. XIX, George Brummell dominó la escena internacional de la elegancia, ya en S. XX fue Eduardo VIII quien marcó el devenir del vestir del hombre. Aunque fuera Cary Grant el mayor exponente de la elegancia masculina durante los años dorados de la moda, aquellos maravillosos años treinta, también otras exquisitas maneras de vestir lucidas por otros actores como Gary Cooper, Clark Gable, Gregory Peck o Fred Astaire, dejaron huellas inolvidables. Hoy, más de un siglo después del nacimiento de aquellas grandes estrellas de Hollywood, una nueva hornada de elegantes pide paso a través de estilos contrastadamente personales y definidos. Estos nuevos elegantes traen aire fresco a los nuevos tiempos, con una vestimenta distinguida que no quiere olvidar los principios básicos sobre los que se asienta la elegancia más atemporal.
De esta nueva generación, destacan sobre el resto David Gandy, Matteo Marzotto, Alexander Kraft Tom Ford. Vuelvo a nombrar esta semana a David Gandy ya que resulta francamente extraño encontrar un modelo que fuera de la pasarela destaque por una vestimenta cuidada. Normalmente, estos prefieren relajar al máximo su atuendo con una apuesta por conjuntos informales, donde el calzado deportivo y la ausencia de corbata son los grandes protagonistas. Sin embargo, David Gandy no solo no pierde su innata elegancia fuera de las pasarelas sino que la realza, y mucho. Gandy posee un gusto exquisito y una sensibilidad hacia la ropa a medida difícil de encontrar en su profesión. Sus trajes de tres piezas, sus chaquetas cruzadas, sus zapatos y el distinguido uso que hace de los complementos es más propio de un Gentleman inglés que de un cotizado modelo. A pesar de haber desfilado para las marcas más reputadas, él prefiere dejar en las manos de los mejores artesanos ingleses la confección de sus trajes, camisas, zapatos y sombreros.
El que fuera CEO de Valentino, Matteo Marzotto, es uno de los grandes embajadores de la moda italiana hecha a medida y a mano. Sin dejarse llevar por las hechuras más atrevidas de su país natal, Marzotto ha sabido relajar el clásico corte inglés y adaptarlo al clima y estilo italiano. Fiel seguidor de los trajes cruzados y de los estampados diplomáticos, no duda en dejar su marca personal con largos e intemporales abrigos cruzados. Nadie como él ha incorporado con igual acierto el conocido lema “classic with a twist” a su forma de vestir. Sus conjuntos elegantes pero nada forzados, el simultáneo uso de los trajes tres piezas y cruzados y la predilección por los tonos claros en las estaciones más calurosas, lo convierten en un nombre obligado en toda lista juiciosa de hombres elegantes. Amante del motor y del deporte, Marzotto forma parte de una nueva generación donde la moda se mezcla con una vida activa llena de retos, tanto en lo profesional como en lo deportivo. 
Considerado por diferentes publicaciones como uno de los iconos del estilo de este Siglo, embajador de la conocida sastrería Cifonelli y CEO de Sotheby´s Francia, Alexander Kraft ha sabido mezclar el bohemio aspecto francés con las líneas y hechuras inglesas, adoptando su vestimenta un sello muy característico. Seguidor fiel de los trajes de tres piezas con chalecos cruzados, prueba con todo tipo de tejidos y colores y no duda en dar entrada a complementos hoy en día olvidados como los relojes de bolsillo. Alexander Kraft representa la excepción a la máxima de que vestir de traje siempre es más fácil que hacerlo de sport. La facilidad y elegancia con que crea sus conjuntos de sport otorga a estos un toque muy diferenciador y especial. Sus elecciones no buscan alcanzar la tan actualmente codiciada sprezzatura italiana, sino que por contrario busca asegurarse un conjunto donde nada ha quedado abierto a la improvisación. Conocedor de las grandes ventajas de vestir a medida, tras su ropa no se encuentran conocidas marcas sino solo el buen hacer de los maestros sastres, zapateros y camiseros franceses. 
Conocido como “el salvador de Gucci”, Tom Ford es probablemente el diseñador que con más acierto ha sabido vestir al hombre durante los últimos años. Lejos de las creaciones llamativas en el sinsentido de muchos de sus compañeros, Ford siempre ha tenido presente que sus prendas, además de ser desfiladas por las mejores pasarelas del mundo, deben luego poder ser vestidas en la calle. Sus chaquetas de terciopelo de perfecto corte e inigualable estilo, junto a esa sensibilidad para transmitir con su línea de ropa la calidad y el corte de las mejores sastrerías de Savile Row, le han valido para ser reconocido como el mejor diseñador de hombre de este Siglo. Ford es uno de esos pocos diseñadores cuyo estilo es el perfecto reflejo de sus creaciones. La facilidad y naturalidad con la que viste sus preciosos esmóquines de dos piezas no encuentran hoy parangón, y seguramente tendrá que pasar mucho tiempo para que aparezca otro diseñador capaz de imprimir este carácter intemporal a sus creaciones. 
Para aquellos que se quejan de que solo buscamos nombres fuera de nuestras fronteras nombraría una vez más a Rafael Medina como una de las personas que, junto a otras como Jaime de Marichalar, Juan Abelló o Kyril de Bulgaria, con más elegancia y estilo visten de traje. 

Aunque las maneras de vestir de Tom Ford, Alexander Kraft, Matteo Marzotto,  David Gandy o Rafael Medina difieren en gran medida, todos ellos han coincidido en la apuesta de un estilo personal atemporal, alejado de modas pasajeras, donde solo el gusto propio y el buen hacer de los mejores artesanos sean los responsables de sus armarios. 

El Aristócrata

lunes, 16 de enero de 2017

¿QUÉ ES ELEGANCIA?



A pesar de las múltiples veces que me puedan llegar a preguntar por: “¿qué es para ti la elegancia?”, encontrar una respuesta rápida no es fácil. Definir un concepto tan subjetivo como este no resulta sencillo, más si cabe cuando nos adentramos en las arenas movedizas de la elegancia interior. Aunque hoy lo vamos a intentar hacer.

Esta semana a través de cinco grandes citas, intentaré dar respuesta, siempre mi respuesta y siempre discutible, a lo que para mí significa ser elegante. Para ello, me fijaré en algunas de las características inherentes a la elegancia exterior que, al contrario de lo que ocurre con las responsables de definir la elegancia interior, difícilmente pueden ser discutibles. 
1. "Si la gente se gira para mirarte por la calle, es que no vas bien vestido" - Beau Brummel. Salir a la calle con un conjunto demasiado llamativo, por ejemplo combinando prendas pensadas para usos diferentes (sirva como muestra un traje con zapatillas deportivas), lo único que consigue es que la gente te mire y no precisamente por tu estilo innato. Muy al contrario, aquellos conjuntos que podrían pasar desapercibidos pero que no dejan a nadie indiferente, consiguen que tu recuerdo perdure en la retina de quienes se cruzaron en forma de sonrisa. Como diría Giorgio Armani, “la elegancia no consiste en ser notado sino en ser recordado”.
2.  “Nada tan peligroso como ser demasiado moderno. Corre uno el riesgo de quedarse súbitamente anticuado” - Oscar Wilde. Elegancia y moda rara vez van de la mano, basta observar las pasarelas de moda de medio mundo para afirmar sin miedo a equivocarnos que ambos conceptos están cada vez más enfrentados. La elegancia apuesta por la intemporalidad, mientras que la moda prefiere siempre lo pasajero del momento. 
3. “No es fácil hacer que algo parezca simple. La sencillez es mucho más difícil que la complejidad” - Carolina Herrera. Sobrecargar los conjuntos de colores, estampados o complementos puede tener un efecto negativo sobre el resultado final. Un sencillo traje cruzado artesanal azul marino acompañado de unos oxfords negros, una camisa y una corbata de diferentes tonos de azul es una opción que por su sencillez, aquí elegancia, difícilmente puede ser mejorable.
4. “No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase” - Coco Chanel. A pesar de lo que pueda pensarse, vestir bien tiene mucho más que ver con el gusto que con el dinero. Como la misma señora Coco diría, el lujo no depende de la riqueza, sino de la ausencia de vulgaridad. Mucho más importante que el dinero es la cuna y la clase innata, o aprendida, de cada uno de nosotros. Vestir de una manera u otra dependiendo del momento y el lugar es además una forma muy sutil de mostrar nuestra educación.
5. “El hombre debería parecer que ha comprado su ropa con inteligencia, se la ha puesto con cuidado y se ha olvidado totalmente de ella”- Hardy Amies. Comprar la ropa con inteligencia significa hacerse con aquellas prendas, cortes y colores que más nos favorecen. Si ponérsela con cuidado es importante, todavía lo es más caminar y moverse con ella con tal naturalidad que te llegue a costar recordar qué llevas puesto en cada momento. Siempre mejor que disfrazarse resulta vestirse conforme a tu personalidad, y dejar que la ropa hable de ti. Los conjuntos que transmiten rigidez evidencian que quien los viste no está todo lo cómodo que quisiera. 

El Aristócrata

lunes, 19 de octubre de 2015

El secreto para proyectar elegancia

elegancia



Ayer en una clase, uno de nuestros profesores me hizo cuestionar algo que se me inculco. A mi me comentaron que existen 7 estilos para vestir:
– Tradicional
– Romántico
– Seductor
– Creativo
– Natural
– Dramático
– ELEGANTE
Anoto el estilo Elegante en mayúsculas, puesto que ayer me dijeron que este no debería ser un estilo. Sino que cualquiera de los primeros 6 estilos se pueden portar con elegancia. Es decir un tradicional/ elegante como lo puede ser cualquier presidente del mundo o un seductor/ elegante como lo es George Clooney. Así que decidí que mi profesor tenía razón y me di a la tarea de investigar el tema de la elegancia tanto en el vestir como en protocolo.
La elegancia es otra manera de portar seguridad. Significa elegir, en consecuencia consiste en saber escoger las prendas en virtud a los siguientes factores:
– las propias particularidades físicas (mi estructura corporal)
– el ambiente
– la hora
– el lugar
– la ocasión
Ojo y es importante recalcar, que la elegancia no tiene que ver con la moda o el dinero. Si no más bien, de un perfecto fit, con el color adecuado a nuestra colorimetría, detalles que nos favorecen en cada circunstancia.
Pueden hacer un ejercicio ahora que se vienen los Oscares y se darán cuenta como un atuendo carísimo de París, no quiere decir necesariamente que se vea elegante. El secreto esta en que sea un atuendo de calidad (no de marcas) y buen gusto.
Así que recuerden elegir bien para cada ocasión, portar con buen gusto su elección y solitos van a proyectar esta elegancia. Recuerden que hasta en unos jeans nos podemos ver elegantes.